PERLA 0 ahora estaba en juego, antes que todo, su tazón, Presuntuosa, orgullosa, vehemente, peraba sin zozobra. la realización de sus rivaciones, en la seguridad de que no había ninguna que la sobrepasara en belleza, en posición, en elegancia,
Montero y Espinosa había sacado la misma spinión, Gustábale la niña sin tener una pa- sión, sintiéndose bajo la presión de todos los deseos y de todas las voluntades, suave co- rriente 4 Ja que nos sometemos, por la que nos
dejamos llevar, mientras nuestros ojos no di- visan algún paraje más seductor, donde añr- mar el pie. Antes de partir á Europa, sin pro- nunciar la palabra que liga, dejó entender que la pronunciaria á su vuelta, y quedó es- tablecido un compromiso tácito.
«Se comenta con sumo interés en la haute, el compromiso contraído, entre una de nues- tras bellezas más renombradas, y un joven millonario, muy simpático, y aficionado á cierta clase de sports. La boda se concertará al regreso de su viaje á Europa, para donde él parte la semana entrante», decía uno de los grandes diarios días antes de embarcarse,
Es necesario conocer toda la trascendencia que se da á estas noticias periodísticas en cierto medio, para medir la importancia que ésta tnvo en la casa, y sobre todo para misia Carmen, en su servilismo al comentario social.
En Montero y Espinosa se esperaba, pues,