STELLA 20 titas que tienen alas, pequeños seres que tienen y No los persigan, no los persigan: ¡son los espíritus de la nochel
los persigamos, no los persigamo:: ¡son los espíritus de la noche! repetian los viños en voz muy baja, detemiéndose súbita- mente, y juntándose como un montón de á penetrar el misterio que les reve-
luciérnagas, para darles la libertad.
Juguemos á la mancha, propuso uno. ...
—Al pescador. «¿Pescador, pescador, nos dejarás pasar?» otro.
—¡No, al lobo, al lobo! impusc la mayoría.
Se asicron de la mano y cantaron:
Juguemos en el bosque Mientras el lobo no está. ¿Lobo, estás?
El grito de Lolita, un chillido de Mus- chinga y un desparramo general, Las mujer- citas furiosas pusieron 4 Alex sus quejas. Los varones reían,
Se hizo la investigación. Resultado: Mi guclito—el lobo=-que estaba escondido detrás de na parva, salió en cuatro pies, y mordió las piernas de Lolita, pellizcando ferozmente las de Muschinga,
—Miguelito no jugará con los otros en una semana, sentenció Alex, mientras Má- ximo y Albertito reían á todo reir de la tra- vesura del muchacho,