Página:Duayen Stella.djvu/307

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

STELLA EN

Cualquiera de esas dos palabras que usara para responderle, mentiría. Su respuesta fué la del médico al enfermo:

—Sí, Stella, quiero á Alex

Ella juntó sus manos, y con voz ferviente dújole.

—Si la quieres, sé su amigo.

=Sí, seré su amigo; lo seré por tí y por ella.

—:Sé su amigo; papá que está en el cielo no volverá!

Dos lágrimas redondas, grandes, pesadas, bajaron de sus ojos á sus mejillas, y rodando cayeron sobre las manos de Máximo, que las sintió inundadas como por el bálsamo de un árbol triste. Volvió á leer en sus palabras todo lo que esa criatura esperaba de él para su hermana, y quiso aliviarla de una preocu- pación pesada y cruel.

—Sí, mi bien amada; vive, ríe, juega, can- ta, respira libre, despreocupada y contenta, salvaguardada por el amor de todos: de los chicos y de los grandes, de los buenos y de los malos. Piensa menos en el cielo. Yo seré su amigo, y un poco también su padre

Una alegría inmensa, una suprema dicha aparecieron en el rostro de la niña, cuya be- lleza tomó en el acto otro carácter, una ami- mación más terrenal.

Levantó con sus dos manos la cabeza de Máximo, miró desde muy cerca sus pupilas, atravesándolas con la mirada de oro de sus