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que presidir pasado mañana la Asamblea de las Vicentinas. Pero les prometo volver. Sien-
to que hoy no esté Máximo, para visitar su
estancia. No pudo venir conmigo; me dijo
que lo haría de un momento 4 otro... Seva
á Chile en Marzo... Carmen y las muchachas
están en los preparativos de Mar del Plata.
Sc irán después del primero, porque quieren , asistir al baile de Ernesto Tornsquist, el trein- ta y uno.
—¿X mi tío realmente se encuentra mejor?
—Sí, Alex, va mejor, Siempre un poco ta- citurno. El médico asegura, que es esto lo que caracteriza su enfermedad: una neuras- tenia.
—¡Pobre tío Luis! Tan bueno; tan exce- lentemente bueno, como dice Máximo. Me parece un niño enfermo.
—Creo que vendrán en Marzo á pasar aquí quince días. Hace años que no han venido Á esta estancia. Isabel está muy fastidiada porque no podrán pasar en Mar del Plata sino un mes; Carmen necesita volver, porque Carmencita espera na nuevo niño de Europa.
—¡Otro hermanito!—exclamó Julito ra- diante.
— ¿Yo quiero una hermanital—dijo Cho- chita.
—¡Y yo también!—asintió Elvira.
—Yo ereo que va á ser otra nega maliciosamente Albertito.
— ¡No! ¿no es cierto que nó, Alex?-—pregun-