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STELLA 978

—Hemos aprendido muchos cuentos, tío, y te recitaremos luego los versos y las fábulas que nos ha enseñado Stella para tu día, dijo Elvirita.

Sin esperar más, adelantándose 4 la bora y al programa según costumbre, Chochita se plantó frente á su tío, levantó su cabecita co- mo un pájaro atento, y en un estilo de per- fecta gracia y naturalidad, dij

«Simón el bobito llamó al pastelero: —A ver tus pasteles, los quiero probar.

—Si, respondió el otro, pero antes yo quiero, Mirar el euartilo con que has de pagar»

Máximo la levantó en sus brazos, para decirle:

—Cuando seas grande, comprenderás el instintivo buen gusto de tu maestra Stella Entonces podrás darte cuenta de todo lo lin- dos que son los versos de Simón el bobito, que ha escogido para que recites á tu tío.

—Albertito ha elegido para mí, y lo digo muy bien, ya verás luego, padrino, la fábula de los Titanes, dijo la Perla. Son unos gi- gantes que querían subir al cielo, y que des-- de allá, Tata-Dios los empujó.

—Qué talento de elección tiene Albertito! Venga mi linda Titana. ¿Usted se sentiría capaz de escalar, no digo el cielo, el inferno, si estuviera arriba, no es cierto?

Se armó una discusión alrededor de la sí. guiente pregunta de Carlitos: Si poniendo