STELLA a le decían que el Misterio encerraba algo para ella; que esas paredes aprisionaban su Des- tino.
Recorriendo una vez más todo su fren- te, sus ojos tropezaron con otra inscripción, sobre la puerta, en caracteres claros y sen- cil
<¡Cuártos pobres niños se verán privados del aire saludable del mar!»
«¡Máximo!» exclamó con los ojos llenos de lágrimas: eran esas las palabras que le había ella dicho en la barca, con'la mirada fija en Stella, La claridad entraba en ella; aquella misma claridad que un día le ayudó á en- contra su rumbo,
Y entonces, poco á poco fué tomando co, ciencia dela realidad. Reconoció en ese edi cio levantado por Máximo, un Síaibolo y un Arca de Alianza, Comprendió que el Angel representaba á su hermana, y que se había elegido ese cántico entre todos los cánticos á María, porque en él se pronunciaba su nom- bre, Queal edificar y dotar ese Asilo de pie- dra, que duraría años de años, que cobijaría de generación en generación multitud de ni £os desvalidos, se había tenido la inten- ción alta, noble y única, de perpetuar ese dulce nombre; de hacer palpable, visible, la estela de luz que dejara el Astro tras de sí
Más, ¿por qué permanecía cerrado 4 do- ble llave? ¿Por qué deshabitado?.... Su pro-
