STELLA o de libro con que obsequió á papá para una de sas obras, y que estuvo expuesta en Londres, ea St okolmo y en Cristianía. ...
Todos se habían dedicado 4 escucharla, asediándola á preguntas. Micaela veía crecer, á la muchacha, que hasta entonces había sonsiderado entre la institutriz y la pariente pobre, y que ahora resultaba haberse trata- do con los reyes!
—Me ha interesado siempre mucho la Sue- cia y la Noruega, expresó enfáticamente Li- nares, con sa voz de garganta; me gustaría conocerlas,
—No sé qué atractivo puede tener ese país para los que no han nacido cu él, dijo Carlos.
—Tendría para usted la originalidad, que tiene para nosotros el suyo. Aquel pueblo sos- tenido sobre el agua, les causaría una im- presión diferente, pero igualmente grande, que á nosotros la Pampa, ese inconmensu- rable espacio, que sin su verdura sería el de- sierto.
—En clima tan tudo, todo debe ser muy triste?
—No crea usted. Stokolmo es una ciudad muy alegre, por sus casas pintadas 6 cubiertas de baldosas de colores vivos, sus balcones lle- nos de flores, la profusión de sus jardines, y sus puentes que parecen trabajos de orfebre- ría, se multiplican y van enlazándose hasta encerrar las islas vecinas. ¿Recuerdas, María Luisa, la emoción que me causaron las casitas