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establece como principio inspirador de sus doctrinas, el justo y ponderado equilibrio entre los derechos individuales y las necesidades sociales. Reconoce, en consecuencia, que la vida social limita necesariamente la vida individual, por lo que no podría acoger en su programa la aspiración a un individualismo absoluto; semejante individualismo destruiría prontamente las bases del orden social y, con ellas, toda posibilidad de desenvolvimiento individual eficiente. Reconoce, asimismo, que la inteligencia, la voluntad y las iniciativas individuales son inseparables del bienestar y el progreso sociales, por lo que no podría adherir a las ideas socialistas; semejantes ideales, una vez realizados, aniquilarían rápidamente los valores individuales y, con ellos, toda posibilidad de desenvolvimiento social superior. Equidistante, así, entre las tendencias antagónicas del individualismo absoluto y del socialismo, el Partido Liberal estima que el individuo no puede nada sin la sociedad y la sociedad nada sin el individuo".

En lo que respecta al régimen interno, el Estatuto estableció como autoridad suprema a la Convención General; y la dirección superior al Directorio General y a la Junta Ejecutiva. La base son las Asambleas Locales.

Durante el Gobierno de don Arturo Alessandri Palma, iniciado en 1933, cupo al Partido Liberal una destacada actuación. Lo apoyó durante su desempeño y ocupó en diversas ocasiones carteras ministeriales. Le correspondió enfrentar una dura lucha con los partidos de izquierda, organizados primero en el "Block de Izquierdas" (Véase) y luego en el "Frente Popular" (Véase). Su acción política la realizó en conjunto con el Partido Conservador y, en ocasiones, con los Partidos Radical y Demócrata. Fueron Presidentes del Partido Ant. Huneeus, Ladislao Errázuriz L., Oscar Valenzuela y G. Rivera.

En 1933, la directiva del Partido en presencia de acuerdos de avanzada tendencia adoptados por las Convenciones de los Partidos Radical y Demócrata, hizo con la firma de los señores Antonio Huneeus, Absalón Valencia y Gregorio Amunátegui una declaración póblica que fué ampliamente comentada y discutida. "Ante la inquietud y el estupor, decía en una parte, que los acuerdos de las convenciones radical y demócrata han suscitado, declara enfaticamente al país que en la vida económica no hay salario posible sin capital, y no hay trabajo organizado y digno sin libertad; que en la vida política no hay paz social ni orden sin Gobierno eficaz, ni hay Gobierno sólido sin Constitución que se obedezca y leyes que se cumplan".