Realizadas en este ambiente las elecciones parlamentarias de 1894, ellas constituyeron, sin embargo, un triunfo extraordinario e inesperado para el Partido Liberal Democrático. Obtuvo 6 Senadores y 26 diputados. Se constituía, así, en la segunda fuerza electoral de la República; y sólo el Partido Conservador, que había obtenido 29 diputados, lograba superarle.
Los parlamentarios balmacedistas desarrollaron en el Congreso una intensa actividad. Se preocuparon especialmente de la situación de sus correligionarios, que aun se mantenían en desmedradas condiciones, empobrecidos y perseguidos, muchos de ellos desterrados, separados de sus empleos o sin medios de subsistencia. Lograron obtener la aprobación de una ley de amnistía, en medio de violentos debates, ley que permitió regresar al país a muchos desterrados, entre ellos don Claudio Vicuña, que fué recibido entusiastamente. Lograron también obtener leyes de retiro para los militares separados del Ejercito Constitucional y de jubilación para los funcionarios civiles separados de sus cargos. Aparte de ello, atacó fuertemente la política monetaria del Presidente Montt, oponiéndose a la conversión metálica que éste propiciara. Contribuyó también, como dijo el Presidente del Partido señor Sanfuentes, a "derribar el régimen de coalición imperante y para suplantarlo por una organización política netamente liberal".
Sin embargo, algunos sectores del Partido criticaron a la representación parlamentaria por su "pasividad", por no haberse opuesto a la condena que se impuso a algunos personeros del gobierno de Balmaceda, por cooperar indirectamente con el Gobierno y por participar en gestiones de unificación liberal. Desde Mendoza, un balmacedista publicó una serie de cartas dirigidas a don Rafael Balmaceda, hermano del Presidente, en las cuales hacía acerbas críticas a los dirigentes del Partido, diciendo que los liberales democráticos habían dejado de ser balmacedistas.
El 27 de Noviembre de 1896 se realizó en Santiago la Segunda Convención del Partido Liberal Democrático. Fué presidida por don Enrique Salvador Sanfuentes, que continuaba siendo Presidente del Partido y asistieron 169 delegados. En esta Convención, el Presidente del Partido dió cuenta de la trayectoria seguida por la colectividad desde la anterior Convención. En ella también fué aprobado el "Programa del Partido", cuya parte básica decía: "El Partido Liberal Democrático debe su origen