ponde con la "sopa de choros", anteponiéndose a las cazuelas de picos y de locos y a la "sopa de machas". Para el caso de penurias de materiales y correspondiendo con las menestras hispánicas llegaron a imponerse los "causeos" (del "causay" incaico) en el orden de comidas ligeras e improvisadas. Dominen este grupo las "patitas" o patas de cordero o cerdo con cebolla picada o aceitunas y bien análogo al de lapas y conchas derivando hacia la mezcolanza - auténticamente chilena - de porotos fiambres con limón y brotes de cebolla y otra aún más complicada de patas de vaca, secas y cocidas con mote, constituyendo las gelatinosas "patoscas". Adjunta puede figurar la vasta serie de los platillos de verduras y legumbre, en los cuales la dilección casi excluye el arroz, los guichas catalanes, los garbanzos castellanos, las masas y pastas italianas, propiciando todo el ciclo de los porotos y las bíblicas lente-
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