Página:ECH 518 03 - Las Creencias.djvu/14

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

jinete para caer desde un árbol sobre las ancas de su cabalgadura, proporcionándole un horrendo sobresalto o aun la muerte por estrangulación o golpes.

Salvo detalles formales, la calchona se identifica con la chascuda y la viuda, y entre las tres cubren la amplia zona que abarca desde la provincia de Coquimbo hasta la de Chiloé, siendo evidente su afinidad con el cadejo centroamericano, la malora mexicana, el Werwolf alemá, el loup-garou francés y las lamias de la antigua Grecia.

Las indagaciones hechas hasta ahora revelan aproximadamente ochenta especies míticas en la historia del folklore chileno, de las cuales unas cincuenta gozan de real vigencia, debiéndose añadir a las ya presentadas, una reducida selección de las restantes, de acuerdo con la significación y fuerza de creencia que les atañe.

En las provincias de Atacama y Coquimbo ha sido de trascendencia el mito del alicanto, un ave nocturna del tamaño de un aguilucho, con largo, compacto y brillante plumaje de textura metálica, característica esta última que se atribuye a su alimentación de oro y de plata, lo que no sólo le impide alzar el vuelo debido al peso de su cuerpo, sino que lo convierte en señuelo para cateadores de minerales, que se guían por su centelleo, que el alicanto apaga si se percata de la presencia de sus seguidores, desconcertándolos o llevándolos a despeñaderos.

El basilisco a que aluden los reyes hebreos David y Salomón y sobre el cual nos ponen en alerta los sabios Plinio y Galeno, vive folklorizado, aunque con débil vigencia, en el centro y sur de Chile. Es una culebrilla dotada de alas y de una o más crestas, miembros que provienen de su nacimiento de un huevo puesto por un gallo viejo o, excepcionalmente, por una gallina de más de siete años. Acostumbra a succionar la saliva o la sangre de quienes hayan caído en un sueño profundo, ocasionándoles la muerte por consunción, y el mismo efecto mortal consigue con su mirada, siempre que no sea él sorprendido con anterioridad por su presunta victima.

Por su valor representativo sobresale el camahueto, si bien circunscrito a las provincias de Osorno, Llanquihue y Chiloé. Sus conocedores lo describen como un ternero acuático corpulento, de corto y tupido pelaje grisáceo, provistos según algunos de dos cuernecillos dorados, y, según otros, de uno sólo, situado en medio de la frente. Singularízase por su extraordinaria fuerza, capaz de avasallar cuanto obstáculo se le oponga. En su primera edad habita en ríos y esteros, y al llegar a la madurez prefiere la amplitud del mar. Su reproducción está encomendada a los brujos. Estos