Página:ECH 518 03 - Las Creencias.djvu/3

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

detrás de la puerta de la habitación en que se encuentra el majadero.

Las enfermedades, la muerte y el amor, suelen causar estados de desesperación muy propicios para procurar soluciones por medio de la superstición. Los recursos destinados a satisfacer las azarosas contingencias del último, particularmente en su corriente erótica, mueven a comportamientos tan curiosos como el siguientes: para conseguir una decidida y constante retribución pasional, se coloca el retrato de la persona deseada dentro del zapato derecho: bajo la planta del pie, durante el día, y, cubierto con la bacinica, en un mueble de madera en el trascurso de la noche.

Entre las más difundidas supersticiones chilenas que atañen a la posibilidad fortuita de hallar riquezas materiales, está el entierro, nombre que proviene de un tesoro oculto en el subsuelo, a profundidad muy variable, consistente, por lo común, en barras o en monedas de oro o de plata.

Los lugares donde se supone su existencia se caracterizan por los encuentros con seres míticos específicos, o con personas o animales de origen desconocido y desaparición súbita, o bien por la percepción de ruidos metálicos, o de llamadas y advertencias humanas, a veces unidas a cantos festivos con su correspondiente acompañamiento instrumental; estas dos últimas señales son imposibles de localizar visualmente.

En su mayoría pueden ser descubiertos por cualquier persona, mediando simples casualidades para el hallazgo, en las que el coraje puede intervenir de un modo decisivo, como en el caso del arriero que se atrevió a responder afirmativamente a una mujer amortajada que invitaba a bailar a quienes trasponían un escondido y tenebroso paso entre cerros. Pero los más cuantiosos sólo están reservados para ciertos individuos, privilegio que se pierde frecuentemente debido a desinterés, torpeza o cobardía. Este segundo tipo de entierro cuenta con la vigilancia de un cuidador, que, normalmente, es un brujo, o el alma errante de quien fuera dueño o mero enterrador de la riqueza.

Los distintos procedimientos implícitos en los hábitos supersticiosos, han dado lugar a especies morfológicas que obedecen a denominaciones bien peculiarizadas. Aquí citaremos el llamado secreto de naturaleza, que implica un aprovechamiento de poderes mágicos conferidos a cosas o seres, con fines preventivos, de manipulación o curativos, como ocurre con algunos metales, con uñas y cabellos humanos, con animales y plantas; estos últimos empleados íntegramente — culebra, romero -, o a través de una o más de sus partes, como sucede con las patas de los conejos. Al respecto, recordaremos que una manera de eliminar verrugas es sacarle un pelo al afectado y enterrarlo en el barro, sin que él se percate, con lo