mientras se iza el pabellón patrio.
Al borde de las 22 hrs. una segunda y magma procesión indica el apogeo de la vigorosa jornada. Los bailes cantan sus despedidas y los peregrinos principian un lamentado regreso.
Quince a veinte cofradías acuden anualmente a rendir honores a su Soberana, descollando por su asiduidad y significación tradicional las Cuyacas Hijas de Lourdes, los Canarios de la Virgen de Las Peñas, los Gitanos de la Virgen de Las Peñas, los Pieles Rojas, los Morenos de Chile y del Perú. La mayoría de ellas recurre a las bandas de instrumentos de bronce, premunidas de los infaltables bombo y caja. Otros grupos emplean como aerófonos solo flautas traveseras, conservando la percusión anotada. A esta organografía hay que sumar las matracas y panderetas que manejan los bailarines morenos y gitanos, respectivamente, valiosas ayudas rítmicas en la práctica de la danza.
El único conjunto mantenedor de instrumentos aborígenes andinos es la sociedad juvenil "Amauta", proveniente de Tarata, Perú, que cuenta con una tropa de