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el anacronópete
—Respetad á la emperatriz—ordenaba Sun-ché en chino.
—¡Prenda usted á ese, señor guindilla!—balbuceaba la maritornes señalando al tutor.
Pero como los gritos fuesen en aumento, les aplicaron unas mordazas y maniatados los condujeron á la presencia del Prefecto que en desenfrenada orgía saboreaba en el pretorio el motín tan favorable á la causa de Domiciano.