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CAPÍTULO VIII
Efectos retroactivos
as suertes estaban echadas y no había medio de retroceder, ó mejor dicho, de avanzar, si queremos ser lógicos con la situación. Clara y Juanita se retiraron al gabinete, confiadas en la vecindad de sus defensores y dispuestas á exhibirlos en el primer alto que hicieran; pues en marcha les parecía aventurado sacarlos de su escondite, temerosas de que don Sindulfo, por vengarse, los condenara á todos á movimiento continuo.
El sabio por su parte no se saciaba de saborear su triunfo con Benjamín; y verdaderamente no le faltaba