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algunos de los señores que antes se habían adherido á los razonamientos de Carvajal, y acaso determinó el dictamen del Duque de Escalona, á quien se suponía partidario de D. Cárlos por haber sido enemigo del Rey Católico, cuyo señor, rogado para que dijera su parecer, contestó, con la mayor frescura: «Pues el Príncipe, como me decís, no pide consejo yo soy de parecer de no darle ninguno

Llevaban mal camino las pretensiones de D. Cárlos: los Nobles se declaraban en contra suya, el pueblo amaba y compadecía á la Reina Doña Juana, movióse gran murmullo en la sala del Consejo y ya todos creian que no iba á acabar bien el negocio, ó prevaleciendo el dictamen del Duque de Alba, ó dándose lugar al entronizamiento de la anarquía y de la guerra civil; pero la autoridad moral y la grande energía de Cisneros se impusieron una vez más. Aquí no se trata de decir vuestros pareceres, —dijo á todos Cisneros con voz entera y varonil;— sino de mostrar vuestra sumisión; el Rey no tiene necesidad del voto de sus vasallos; yo os he juntado para daros ocasíón de merecer su buena gracia; pero pues vosotros no sabeis obligar á vuestro dueño, y que debajo de la sombra de algunas leyes dudosas, y arbitrarias, tomáis por servidumbre el favor que os ha hecho, será proclamado Rey hoy mismo en Madrid y todas las ciudades seguirán su ejemplo. Y añadió con gravedad: No hay deseo de obedecer, á quien se quiere quitar el nombre de Rey.

La proclamación se hizo en efecto con esta fórmula: «Castilla, Castilla por la Reina y el Rey D. Cárlos, su hijo, nuestros señores» y el orden público no se alteró por este hecho en parte alguna, como lo anunció Cisneros á Flándes en carta de 12 de Abril [1].


LXI.

Con gente tan díscola como la nobleza de aquel tiempo, no se podía tener seguridad en la cuestión de orden público. Ya hemos visto lo que pretendía Protocarrero por la parte de Galicia y ahora vamos á ver en escena á otro ambicioso hacia el Mediodía. Don Pedro Girón, primogénito del Conde de Ureña, casado con una hermana del Duque de Medinasidonia, fué desterrado de España con su cuñado por el Rey D. Fernando, enfrente del cual estuvieron en las luchas anteriores que despedazaron á Castilla. Muerto sin

  1. Carta LXIII de la Colección de Gayangos y la Fuente.