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Página:El Dilettantismo sentimental.djvu/15

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Introducción

la vida, destinado a substituir, para bien de la humanidad, el sentimiento de religiosidad divina?

15 Por la acción de la educación y la instrucción sexual, núcleo, base y cúspide de toda la obra educativa.

Raquel Camaña creía indispensable dar a la mente infantil los conocimientos indispensables para la interpretación de los fenómenos de la vida. Repudiaba la intervención de las mentiras, aun de las más convencionales; rechazaba las explicaciones falsas creadas por la fantasía del adulto que atribuye al niño su picardía y perversión, o le supone una credulidad desmedida. Creía, como muchos educadores modernos, que no debe sofocarse la natural curiosidad del niño, despertada por todo lo desconocido o sorprendente, y, en consecuencia, por el surgimiento a la vida de nuevos seres, hecho digno de llenar de admiración un espíritu ávido de saber. Entendía que las explicaciones habituales son pronto rechazadas por el niño medianamente observador que busca una interpretación más lógica, y la encuentra rodeada por el misterio, la disimulación, la hipocresía, siendo a menudo esa primera explicación la puerta abierta a las curiosidades malsanas, a las precocidades enfermizas, en las que Metchnikoff ve una de las desarmonías de la naturaleza humana, y son tal vez más que orgánicas, en muchos casos, resultados de una falsa educación.

La verdad es siempre la mejor explicación; pero debe prepararse la mente del niño para que pueda recibirla pura y sencillamente.

Raquel Camaña daba a las ciencias naturales un lugar de primer orden en esa preparación mental.

Debíase partir del estudio de la planta, seguir el proceso de su crecimiento, la fecundación de la flor, la formación del fruto, haciendo que ante los ojos claros del niño apareciese el proceso normal de la re-