Página:El Gíbaro.djvu/151

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atacarse mutuamente con la esperanza de convencerse. Eligieron por juez al Sr. Cura, por testigos á los demás, y comenzó el mercader de este modo.

—Yo, Señores, tengo dos hijos, que quisiera, como es natural, que fueran un modelo de honradez y saber, y quisiera además que vivieran siempre felices: para lograr esto no perdonaré sacrificio, por costoso que me sea; y como pienso que de ningun modo llegaré á alcanzarlo sino dándoles toda la instruccion necesaria para hacer de ellos unos hombres de carrera, quiero empezar por enviarlos á la escuela, con la firme resolucion de no parar desde ahora hasta que el mayorcito sea abogado y el otro médico. Tal es mi intencion, que creo muy recta y no dudo que merecerá el voto de Vds.

Entre las muchas razones que me han decidido á seguir este camino, es la principal la seguridad que tengo de que dando á mis hijos una carrera, les pongo á cubierto de las desgracias que pueden ocurrir á todo el que vive con la renta de un patrimonio espuesto siempre á perderse. Satisface tambien mi orgullo de padre la idea de que mis hijos lleguen un dia á ocupar un puesto en la sociedad, que la modesta instruccion de sus antepasados no les permitia ambicionar: en efecto, ¿qué hay mas grato para un pobre anciano que oir por todas partes elogios del saber de sus hijos, ver que se les cuenta en el número de las personas ilustradas, y encontrar una madre que debe á uno de ellos la vida de su hijo ó á un inocente á quien salvó el otro de un severo é inmerecido castigo? Bien cer-