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Sobre Martin Fierro. — XXXVII

Esto es soberbio, magnífico, y hasta la versificación por su vigor, su rapidez, y su pavorosa eufonía, es grande y digna de la pintura que traza. En ningún idioma puede hacerse nada mejor.

El sentimiento que en todo el canto rebosa, es dulce hasta lo tierno; penetrante hasta el dolor.

De este último hemos dado ya una muestra al describir su llegada á su rancho.


Puedo asigurar que el llanto
Como una mujer largué
Ay mi Dios! si me quedé
Mas triste que Juéves Santo.


Hé aquí ahora algunos del primero, de ese sentimiento dulce, preñado de tierna melancolía que brota del alma, y cuyos acentos quejumbrosos y resignados, salen lentos y pesarosos como pulsaciones de un corazón dolorido.


Y atiendan la relación,
Que hace un gaucho perseguido,
Que padre y marido ha sido
Empeñoso y deligente,
Y sin embargo la gente
Lo tiene por un bandido.

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Junta esperiencia en la vida
Hasta para dar y prestar,
Quien la tiene que pasar
Entre sufrimiento y llanto;
Porque nada enseña tanto
Como el sufrir y llorar,

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Tuve en mi pago en un tiempo
Hijos, hacienda y mujer,
Pero empezé á padecer,
Me echaron á la frontera,
¡Y qué iba á hallar al volver!
Tan solo hallé la tapera.

Sosegado vivía en mi rancho
Como el pájaro en su nido —
Allí mis hijos queridos
Iban creciendo á mi lao...
Solo queda al desgraciao
Lamentar el bien perdido.

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No tiene hijos, ni mujer,
Ni amigos, ni protectores.
Pues todos son sus señores
Sin que ninguno lo ampare.

Su casa es el pajonal,
Su guarida es el desierto;
Y si de hambre medio muerto
Le echa el lazo á algún mamón,
Lo persiguen como á plaito
Porque es un gaucho ladrón.

Y si de un golpe por ay
Lo dan güelta panza arriba,
No hay un alma compasiva
Que le rece una oración —
Tal vez como cimarrón
En una cueva lo tiran.

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Para él son los calabozos
Para él las duras prisiones —
En su boca no hay razones
Aunque la razón le sobre,
Que son campanas de palo
Las razones de los pobres

Si uno aguanta, es gaucho bruto —
Si no aguanta es gaucho malo
Déle azote! déle palo!
Porque es lo que él necesita!!
De todo el que nació gaucho —
Esta es la suerte maldita.

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Y en esa hora de la tarde
En que tuito se adormece
Que el mundo dentrar parece
A vivir en pura calma
Con las tristezas del alma
Al pajonal enderieze.

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Bala el tierno corderito
Al lao de la blanca oveja;
Y á la vaca que se aleja
Llama el ternero amarrao —
Pero el gaucho desgraciao
No tiene á quien dar su queja.