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CAPÍTULO VII
De la segunda salida de nuestro buen caballero Don Quijote de la Mancha
STANDO en esto comenzó á dar voces don Quijote, diciendo: ¡Aquí, aquí, valerosos caballeros! ¡aquí es menester mostrar la fuerza de vuestros valerosos brazos; que los cortesanos llevan lo mejor del torneo! Por acudir á este ruido y estruendo, no se pasó adelante con el escrutinio de los demás libros que quedaban; y así, se cree que fueron al fuego, sin ser vistos ni oídos, La Carolea y León de España, con los Hechos del Emperador, compuestos por don Luis Zapata, que sin duda debían de estar entre los que quedaban; y quizá, si el cura los viera, no pasaran por tan rigurosa sentencia.
Cuando llegaron á don Quijote, ya él estaba levantado de la cama, y proseguía en sus voces y en sus desatinos, dando cuchilladas y