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Tendemos la carpa entre dos árboles, y nos prometemos descansar como dos cuerpos inertes. El proyecto es bueno, pero su ejecucion deja algo que desear. Lynch ha tomado tres especies de mosquitos, y aunque algunos nos han picado antes de entregarnos al reposo presunto, no nos ha parecido que la cantidad sea tan alarmante como para tomar precauciones sérias. Verdad es que Conrado, el dueño de casa, nos ha envuelto en una nube de humo—pero las malezas estan casi consumidas ya por el fuego y el enemigo se acerca.

Primero es el zumbido lo que nos molesta, despues algunos se atreven á picarnos con su siete lancetas (porque tal es el arsenal quirúrgico de la trompa de un mosquito) y, multiplicándose el concierto y las sangrías, aceptamos ambos que no es posible dormir en tal situacion. Nos envolvemos la cabeza y las manos con tules, nos cubrimos con las mantas, nos vestimos, nos calzamos —nada— la trompa atraviesa todo. De cuarenta y ocho horas, sólo hemos dormido tres hace veinticuatro, y el sueño nos sofoca. El reloj señala las dos de la mañana y nuestros brazos ya están fatigados de aplastar mosquitos.

—"Me parece reconocer el zumbido de una cuarta especie," me dice Lynch medio dormido. Aquella observacion produce en mi ánimo atribulado la angustia que un cataclismo, porque yo tambien reconozco en el coro que nos rodea las voz de una quinta y de una sexta! Y sin embargo, las especies no se han agotado aún. Queda mucho por hacer en ese sentido.

Dan las tres.... Y el sueño que antes parecía refrescarnos con sus alas, ahora se aleja, arrebatándonos hasta la simple necesidad de la lectura.

¿Nos resignamos? Imposible!

El reloj señala las cuatro..., los mosquitos aumentan. Estoy desesperado. Mi compañero está medio dormido. ¡Siquiera un cuarto de sueño para mí!

Un vientecillo suave de la madrugada levanta una lengua de fuego en las malezas quemadas, y su luz, como una revelacion, me incita á hacer una fogata en la misma boca de la carpa. El humo es denso, densísimo.

Los mosquitos ya non os pican.

—"¡Esto es el gozo supremo del Paraiso!" dice mi compañero medio ahogado por el humo y por el sueño.