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Un fuerte aguacero nos detuvo algunas horas, pero bo dejó de ser esto una ventaja, porque cuando cesó, numerosos insectos aparecieron en las plantas, presentándose entre ellos especies verdaderamente interesantes, por su organizacion las unas, por su novedad las otras.

Á las cuatro de la tarde, la canos se halla con la carga lista y despues de despedirnos, bajamos por el arroyo hasta el Lujan, cuyo curso remontamos luego.

Y puesto que la corriente es favorable, y el viento sopla de popa, Oliveira improvisa una vela que pronto se hincha y nos arrebata rápidamente.

Nada hay en las riberas que pueda interesarnos, y lo que más nos sosprende es la carencia de aves, á tal punto que sólo percibimos de cuando en cuando alguna Serpophaga oculta entre el juncal ó uno que otro Suirirí, cuya triste figura se destaca en la cima de algun sauce.

Pronto cambian de aspecto las riberas. Altos álamos remplazan el sauzal en diversas partes; los Ceibos extienden sus ramas en el paisaje y se reunen á los Eringios y Juncos los hermosos penachos blanquecinos de una gigantesca Graminea.

Al pasar por los ranchos de los isleños llega a nuestros oídos la música carnavalesca, y el viento, cuya actividad se hace entónces mas viva, nos arrebata con mayor rapidez, aunque en verdad no son aquellas las islas de las sirenas.

Nada notable aparece por el momento. El rio lleva la direccion del Sol que ya se oculta y es necesario llegar al punto de parada. La única ave observada en aquella tarde, además de las dos últimas, es el Martin-Pescador (Chloroceryle Amazona) que pasa volando rápidamente cerca de nosotros.

El Sol se ha ocultado ya. Un murmullo vago, lento, suave, pero que poco á poco va haciéndose más perceptible, hiere nuestros oídos.

Uno! dos!

—«¿Especie séptima?» dice alguno que va sumerjido en una lectura que, á fuerza de ininteligible, se hace interesante.

Un extremecimiento de horror se apodera de nosotros.

De la superficie tranquila del rio que el viento ya no roza, se levanta una nube zumbadora, inmensa, sanguinaria; pero se levanta suavemente, nos rodea, nos envuelve, nos abruma.