Entre los coleópteros, hay esmaltados coprófagos o acatangas, capricornios de vivísimos colores, y crisomelas o vaquitas de cuerpo redondo y deprimido, tan preciosas, que algunas son como esmeraldas, y otras parecen de puro oro.
Me limitaré a describir un coleóptero del género éntimo, como digna muestra de nuestra fauna entomológica, y por la circunstancia de haber sido yo su primer descubridor en las islas del delta, único punto donde se le encuentra, al menos en estas latitudes. Este éntimo no cede en tamaño y hermosura al imperial y otras especies del Brasil, de las que difiere la nuestra en que tiene las patas lisas, y no vellosas como las de aquellas [1]. A este género pertenecen las especies más notables de la entomología, por el brillo de sus colores y la belleza de sus formas; como que por eso la ciencia los ha particularizado con el nombre estimados (que es el significado de la voz griega éntimo), distinguiendo con los epítetos de imperial, noble, espléndido, las diversas especies conocidas. Si el éntimo del delta fuese de una especie nueva, convendría llamarlo platense o argentino. Es bastante grande, como de una pulgada; su cuerpo se asemeja a una navecita inversa; es sólido y todo teñido de un color verde muy brillante, recamado de oro y azul.
El éntimo argentino es una verdadera joya forjada por la naturaleza, que puede figurar al lado de
- ↑ Tal es el aserto del Dr. Burmeister, que examinó el primer "éntimo" que encontré en las islas y lo dediqué al Museo de Buenos Aires. Poco después encontré un casal de ellos, y tuve el gusto de regalárselos, todavía vivos, al señor D. Bartolomé Mitre (siendo Presidente de la Eepública) para su rica colección de insectos del país.