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El Tempe Argentino.

no es menester para eso dejarlas en barbecho, pues que pueden, entre tanto, sembrarse plantas tuberculosas sin que se menoscabe ni perturbe su fertilización para los cereales. Pero esa disgregación no puede tener lugar en el terreno pulverulento del delta, donde ya nada hay que dividir.

El medio más eficaz y económico para obtener siempre abundantes cosechas sin esquilmar jamás la tierra, es la adopción de un buen sistema de rotación y de abonos.

En cuanto a la rotación de las sementeras, nada diré por la estrechez del espacio, pero hablaré algo a cerca del abono de las tierras, porque creo necesario llamar la atención de nuestros cultivadores sobre este punto.

La química ha demostrado que en las materias fecales sólidas y líquidas del hombre y de todos los animales, y en los huesos y en la sangre de los que consumimos, se encuentran todos los principios que fueron extraídos del suelo en forma de semillas, frutos y forrajes, por consiguiente depende de nosotros restaurar, con poco trabajo, las pérdidas en la composición de nuestras tierras; para lo cual basta recoger con cuidado todas esas materias y abonar con ellas el terreno. Haciendo constantemente esta operación, como lo practica la naturaleza, no habrá ningún desperdicio y la tarea será insignificante.

Los habitantes del delta, por ningún motivo deben arrojar al río los troncos, la ramazón ni las malezas del desmonte y de la roza, ni los residuos, huesos, ni basuras de ninguna clase. Los animales muertos deben ser enterrados sin