representar la mayor fuerza de la luz, y con el negro la mayor oscuridad y tinieblas de la noche. En las ropas blancas se ha de usar uno de los cuatro géneros de blanco (I) que sea bastante claro; y en los paños negros se ha de emplear el color mas oscuro. Finalmente el blanco y el negro usados con destreza y arte representan á los ojos superficies de oro y plata y de resplandeciente cristal. Por esto son muy dignos de reprensión algunos Pintores qué indiscretamente usan el blanco y el negro, y sin miramiento alguno, de modo que yo quisiera que el blanco costase mas caro que el color mas exquisito; ó que solo se hiciese dicho color y el negro de aquellas perlas de Cleopatra que ablandaba á fuerza de vinagre, para que no los desperdiciasen tanto. De esta suerte tendrían las pinturas mas gracia y mas verdad; porque no es posible ponderar lo que aprovecha á una obra que se use en ella con parsimonia el negro y el blanco. Zeuxis solia reprender á los Pintores porque no sabian en qué consistía la demasía; y en caso de disimular algún error, mas bien se puede disculpar á los que gastan mucho negro, que á los que usan mucho blanco. La práctica del pintar me ha hecho conocer que la naturaleza misma aborrece la oscuridad, y apetece la claridad; y asi conforme vamos adelantando, siempre nos inclinamos mas á la hermosura de las luces, y todos amamos lo claro y alegre; por lo cual es menester poner freno á la mayor inclinación y propensión que tenemos, porque allí es mas fácil el errar.
Esto baste en cuanto al blanco y al negro: en cuanto á los demás colores es menester observar también cierta regla, de lo cual hablaremos ahora brevemente. No diremos en donde se halla el buen cinabrio ó bermellón, ó aquellos colores mas exquisitos, sino de qué modo se han de mezclar entre sí los colores mas excelentes, y se han de hacer las