LA CHIMENEA COMPLICE
A PENAS llegado, le dice Berta:
—Es preciso, Manuel, que vayas y le avises al dueño de "Le Cordon Bleu", que eso no puede seguir así, que su chimenea es una porquería.
Y le refiere por veintésima vez los estragos que hace la lluvia de hollín proveniente del restaurant cercano.
—Esa chimenea concluirá por hacernos cambiar de casa: ¡tan bien que estábamos aquí!
Y mientras almuerza Manuel, le describe el copioso caer de las películas negras, adherentes, ensuciadoras, sobre camas, ropero y mesa de la pieza acabada de arreglar.
—Es cosa de desesperarse. Y fíjate que esta vez ha puesto a la miseria la ropa limpia y planchadita, subraya Berta, a la hora de haber comenzado el tema, visto que no interesa, ni poco ni mucho, a su joven marido.
¡La ropa blanca! — revienta al fin el inconmovible, volcando su pocillo de café y asustando