Página:El día del juicio (1919).djvu/203

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
199
 

preguntó. Le ha invitado usted, probablemente?

—No—respondió Riazanov—. Ha venido por su propia buena voluntad.

Me sentí ofendido.

—¿Qué es lo que tiene usted contra mí, señorita?—le dije. ¡Se diría que soy su enemigo!

—Pues naturalmente. Usted es un enemigo.

Su voz era débil, dulce; sus mejillas estaban sonrosadas. Era tan bella en aquel momento, que yo la hubiera estado mirando sin cesar. Veía bien que no viviría mucho tiempo, y me dije que tería que pedirle perdón; de otro modo, se iría de este mundo sin haberme perdonado.

—Perdóneme usted—le dije—si le he hecho algún daño.

Ella se enfadó nuevamente.

—Perdonarle? ¡Jamás! No piense usted en ello. Voy a morir pronto, pero no le perdonaré. Sépalo bien.

Empezaron a hablar los dos. Yo no entendía más que a medias, porque empleaban expresiones sabias; pero algo se me ha quedado en la memoria.

— No es un gendarme el que ha venido aquí—1:

dijo él. Era gendarme cuando la custodiaba a usted, como había custodiado a muchos otros. Entonces estaba de servicio, sometido a la disciplina. Pero no ha venido aquí por disciplina, sino por su propia iniciativa. Que él mismo se lo diga a usted...

1 i