Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Tomo III (1908).pdf/270

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 266 —

»mín, que una á una las fuí yo á coger y á escoger »al monte, y no las hallé más mayores; yo qui»siera que fueran como huevos de avestruz.

»No se olvide á vuestra pomposidad de escri»birme, que yo tendré cuidado de la respuesta, »avisando de mi salud y de todo lo que hubiere »que avisar deste lugar, donde quedo rogando á »nuestro Señor guarde á vuestra grandeza y á mí no olvide. Sancha mi hija, y mi hijo, besan á vuesa merced las manos.

»>La que tiene más deseos de ver á V. S. que de escribirla, »Su criada, TERESA PANZA .» Grande fué el gusto que todos recibieron de oir la carta de Teresa Panza, principalmente los duques: y la duquesa pidió parecer á don Quijote si sería bien abrir la carta que venía para el gobernador, que imaginaba debía de ser bonísima. Don Quijote dijo que él la abriría por darles gusto, y así lo hizo, y vió qué decía desta manera.

Carta de Teresa Panza á Sancho Panza su marido.

«Tu carta recibí, Sancho mío de mi alma, y yo »te prometo y juro como católica cristiana que no »faltaron dos dedos para volverme loca de conten»to. Mira, hermano, cuando yo llegué á oir que »eres gobernador, me pensé caer muerta de puro »gozo, que ya sabes tú que dicen, que así mata »la alegría súbita como el dolor grande. A San»chica tu hija se le fueron las aguas sin sentirlo, de »puro contento. El vestido que me enviaste tenía »delante, y los corales que me envió mi señora la »duquesa al cuello y las cartas en las manos, y el