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294 sido un ladrón; y si sale pobre, que ha sido un para poco y un mentecato.

—A buen seguro, respondió Sancho, que por esta vez antes me han de tener por tonto que por ladrón.

En estas pláticas llegaron rodeados de muchachos y de otra mucha gente al castillo, adonde en unos corredores estaban ya el duque y la duquesa esperando á don Quijote y á Sancho, el cual no quiso subir á ver al duque sin que primero no hubiese acomodado al rucio en la caballeriza, porque decía que había pasado muy mala noche en la posada, y luego subió á ver á sus señores, ante los cuales puesto de rodillas, dijo:

—Yo, señores, porque lo quiso así vuestra grandeza, sin ningún merecimiento mío fuí á gobernar vuestra ínsula Barataria, en la cual entré desnudo, y desnudo me hallo, ni pierdo ni gano. Si he gobernado bien ó mal, testigos he tenido delante, que dirán lo que quisieren. He declarado dudas, sentenciado pleitos, y siempre muerto de hambre, por haberlo querido así el doctor Pedro Recio, natural de Tirteafuera, médico insulano y gobernadoresco.

Acometiéronnos enemigos de noche, y habiéndonos puesto en grande aprieto, dicen los de la insula que salieron libres y con vitoria por el valor de mi brazo: que tal salud les dé Dios como ellos dicen verdad. En resolución, en este tiempo yo he tanteado las cargas que trae consigo y las obligaciones el gobernar, y he hallado por mi cuenta que no las podrán llevar mis hombros, ni son peso de mis costillas, ni flechas de mi aljaba: y así, antes que diese conmigo al través el gobierno, he querido yo dar con el gobierno al través, y ayer de mañana dejé la insula como la hallé, con las mismas calles,