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rencias de música resuena la de los albogues? Allí se verán casi todos los instrumentos pastorales.

—¿Qué son albogues? preguntó Sancho, que ni los he oído nombrar ni los he visto en toda mi vida.

—Albogues son, respondió don Quijote, unas chapas á modo de candeleros de azófar, que dando una con otra por lo vacío y hueco, hace un són, sino muy agradable ni armónico, no descontenta, y viene bien con la rusticidad de la gaita y del tamboril: y este nombre «albogues» es morisco, como lo son todos aquellos que en nuestra lengua castellana comienzan en «al»: conviene á saber: «almohaza», «almorzar», «alhombra», «alguacil», «alhucema», «almacén», «alcancía» y otros semejantes, que deben ser pocos más, y sólo tres tiene nuestra lengua que son moriscos y acaban en «i», y son «borceguí», «zaquizamí», y «maravedí»; «alhelií»>, y «alfaquí», tanto por el «al» primero como por el «i» en que acaban son conocidos por arábigos. Esto te he dicho de paso por habérmelo reducido á la memoria la ocasión de haber nombrado albogues y hanos de ayudar mucho al parecer en perfeción este ejercicio el ser yo algún tanto poeta como tú sabes, y el serlo también en estremo el bachiller Sansón Carrasco. Del cura no digo nada, pero yo apostaré que debe de tener sus puntos y collares de poeta, y que los tenga maese Nicolás no dudo en ello, porque todos ó los más barberos son guitarreros y copleros. Yo me quejaré de ausencia; tú te alabarás de firme enamorado; el pastor Carrascón de desdeñado y el cura Curiambro de lo que él más puede servirse, y así andará la cosa que no haya más que desear. A lo que respondió Sancho: