Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Tomo III (1908).pdf/434

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 430 —

<—430lante en hacer alguna labor blanca, que la sabe hacer por estremo.

—No hay para qué, señora, respondió Altisidora, usar dese remedio, pues la consideración de las crueldades que conmigo ha usado este malandrín mostrenco, me le borrarán de la memoria sin otro artificio alguno; y con licencia de vuestra grandeza me quiero quitar de aquí por no ver delante de mis ojos, ya no su triste figura, sino su fea y abominable catadura.

—Eso me parece, dijo el duque, á lo que suele decirse, que aquel que dice injurias, cerca está de perdonar.

Hizo Altisidora muestra de limpiarse las lágrimas con un pañuelo, y haciendo reverencia á sus señores se salió del aposento:

—Mándote yo, dijo Sancho, pobre doncella, mándote, digo, mala ventura, pues las has habido con un alma de espartó y con un corazón de encina: á fe que si las hubieras conmigo, que otro gallo te cantara.

Acabóse la plática, vistióse don Quijote, comió con los duques y partióse aquella tarde.