Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Tomo I (1908).pdf/367

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 365 —

vuestra grandeza reducir ahora fácilmete á su lastimada memoria todo aquello que contar quisiere.

—Así es la verdad, respondió la doncella, y desde aquí adelante creo que no será menester apuntarme nada, que yo saldré á buen puerto con mi verdadera historia. La cual es, que el rey mi padre, que se llama Tinacrio el Sabidor, fué muy docto en esto que llaman el arte mágica, y alcanzó por su ciencia que mi madre, que se llamaba la reina Jaramilla había de morir primero que él, y que de allí á poco tiempo él también había de pasar desta vida, y yo había de quedar huérfana de padre y madre. Pero decía él, que no le fatigaba tanto esto, cuanto le ponía en confusión saber por cosa muy cierta, que un descomunal gigante, señor de una grande insula, que casi alinda con nuestro reino, llamado Pandafilando de la Fosca Vista, porque es cosa averiguada, que aunque tiene los ojos en su lugar y derechos, siempre mira al revés como si fuese bizco, y esto lo hace él de maligno, y por poner miedo y espanto á los que mira. Digo que supo que este gigante, en sabiendo mi orfandad, había de pasar con gran poderío sobre mi reino, y me lo había de quitar todo, sin dejarme una pequeña aldea donde me recogiese; pero que podía escusar de toda esa ruina y desgracia si yo me quisiese casar con él: más á lo que él entendía, jamás pensaba que me vendría á mí en voluntad de hacer tan desigual casamiento; y dijo en esto la pura verdad, porque jamás me ha pasado por el pensamiento casarme con aquel gigante, pero ni con otro alguno por grande y desaforado que fuese.

Dijo también mi padre, que después que él fuese muerto y viese yo que Pandafilando comenzaba á pasar sobre mi reino, que no aguardase á ponerme