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mano escasa los bienes, así los que llaman de naturaleza como los de fortuna, no puedo yo corresponder con agradecimiento que llegue al bien recebido, y sobre todo al que me hizo en darme á ti por amigo y á Camila por mujer propia, dos prendas que las estimo, si no en el grado que debo, en el que puedo. Pues con todas estas partes, que suelen ser el todo con que los hombres suelen y pueden vivir contentos, vivo yo el más despechado y el más desabrido hombre de todo el universo mundo; porque no sé de qué días á esta parte me fatiga y aprieta un deseo tan estraño y tan fuera del uso común de otros, que yo me maravillo de mí mismo, y me culpo y me riño á solas, y procuro callarlo y encubrillo de mis propios pensamientos; y así me ha sido posible salir con este secreto, como si de industria procurara decillo, á todo el mundo. Y pues que en efeto él ha de salir á plaza, quiero que sea en la del archivo de tu secreto, confiado que con él y con la diligencia que pondrás, como mi amigo verdadero, en remediarme, yo me veré presto libre de la angustia que me causa, y llegará mi alegría por tu solicitud al grado que ha llegado mi descuento por mi locura.

Suspenso tenían á Lotario las razones de Anselmo, y no sabía en qué había de parar tan larga prevención ó preámbulo, y aunque iba revolviendo en su imaginación qué deseo podría ser aquel que á su amigo tanto fatigaba, dió siempre muy lejos del blanco de la verdad, y por salir presto de la agonía que le causaba aquella suspensión, le dijo que hacía notorio agravio á su mucha amistad en andar buscando rodeos para decirle sus más encubiertos pensamientos, pues tenía cierto que se