Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Tomo I (1908).pdf/59

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 57 —

vose por muerto, y con buenas palabras respondió:

—Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado, que cada día me falta una, y porque castigo su descuido ó bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagarle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.

— Miente delante de mí, ruín villano? dijo don Quijote. Por el sol que nos alumbra que estoy por pasaros de parte á parte con esta lanza: pagalde luego sin más réplica; si no, por el Dios que nos rige, que os concluya y aniquile en este punto:

desataldo luego.

El labrador bajó la cabeza, y sin responder palabra desató á su criado, el cual preguntó don Quijote que cuánto le debía su amo. El dijo que nueve meses á siete reales cada mes. Hizo la cuenta don Quijote y halló que montaba sesenta y tres reales, y díjole al labrador que al momento los desembolsase si no quería morir por ello. Respondió el medroso villano que por el paso en que estaba y juramento que había hecho (y aun no había jurado nada) que no eran tantos; porque se le habían de descontar y recebir en cuenta tres pares de zapatos que le había dado, y un real de dos sangrías que le habían hecho estando enfermo.

—Bien está todo esto, replicó don Quijote; pero quédense los zapatos y las sangrías por los azotes que sin culpa le habéis dado, y que si él rompió el cuero de los zapatos que pagasteis, vos le habéis rompido el de su cuerpo; y si le sacó el barbero sangre estando enfermo, vos en sanidad se la ha-