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Página:El libro de los cuentos.djvu/122

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122 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

ella pasaba lo mas florido de la procesión. No sabemos en qué forma sorprenderla á la descuidada anciana, pero es lo cierto, que viendo la luz en la calle colóse por entre los pies, y abriéndose paso con el hocico, la sacó montada hasta el arroyo

Lo que sucedió al ver la espantosa vieja caballe- ra sobre el cerdo en medio de la fiesta, es una cosa imposible de esplicar. Hombres y mujeres, grandes y chicos, armaron una baraúnda terrible concluyendo por llevar en triunfo á la tia Tecla y á su cerdo, recorriendo las calles al son de todos los esquilones que se hallaron en el pueblo.


El parecido completo.

Los señores de son dos hermanos gemelos, tan parecidos en todo, que viéndolos juntos no hay quien los distinga. Esta semejanza, ó mas bien igualdad, les puede ser muy favorable, como lo prueba el siguiente sucedido:

"Viniendo en la diligencia de Francia uno de ellos, se trabó de palabras con otro caballero y lo insultó. El ofendido, al llegar á Madrid, quisó desafiarlo y principió por tomar informes para enviarle sus padrinos.

— ¿Conoces al señor N.?

— Son dos hermanos.

— Yo busco al que se llama Manuel.

— Los dos se llaman Manuel.

— Tiene cuarenta años.

— Son gemelos.

— Es médico.

— Los dos son médicos.

— Es un caballero bizco.

— Los dos son bizcos.

— Está casado.

— Los dos son casados.

— La mujer es muy linda.

— Las mujeres de los dos son preciosas.

— No tiene hijos.