Página:El museo universal 1869.pdf/90

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

Epidauro para que fuesen objeto de adoración. Los egipcios las emplearon como un símbolo, y hay dudas sobre si las adoraron. Los antigunos germanos reve renciaron los árboles y tenían bosques sagrados; pero no adoraron serpientes. En nuestros dias, la religión nacional de Daliomey es todavía adoración de serpien tes y árboles combinada con sacrificios humanos, yá juzgar por los monumentos , tenían una religión pare cida los mejicanos. Por conclusión dijo, que atribuía el culto de las serpientes á su naturaleza y hábitos pe culiares, que han hecho que los hombres las consideren sabias é inmortales; y el de los árboles al placer y ven tajas que de ellos reportan. La segunda lección, del doctor Foster, sobre los mo vimientos involuntarios de los animales , versó acerca de los latidos del corazón. Después de manifestar los caracteres que distinguen este latido, de las contrac ciones musculares ordinarias, expuso las causas que habia para considerarlo como un- movimiento involun tario, independiente del sistema nervioso central, y que no tiene estimulo externo suficiente para esplicar su ritmo ó acompasamíento. En su consecuencia, dijo, el estimulo debe estar dentro del corazón, y nace pro bablemente de centros gangliosos ó nerviosos en los aurículos y en la parte superior de los ventrículos. Mostró después con ejemplares de corazones de ranas que el corazón de los animales de sangre fria, fuera del cuerpo, bate con una pulsación firme decreciendo gradualmente en fuerza y estension conforme- invade en su depósito de alimento : y aun en esta posición siente el influjo del calor, del frió y de la electricidad. Mien tras esta en el cuerpo , es el índice de su estado , por el pulso , y es muy sensible al influjo de los nervios, retardándose ó acelerándose su velocidad, ó modifi cándose, esencialmente su carácter por la acción del espíritu, y por estimulantes químicos, que concluyen en palpitación, desmayo, etc. Este latido espontáneo puede considerarse como una causa ó facultad de con tracción muscular ordinaria. El corazón no sabe lo que es cansancio, porque su latido, en velocidad , en fuer za, en extensión y en carácter es la expresión de su propia energía supérflua. La fuente de su acción está dentro de si mismo: sus movimientos no son mas que la medida de su propia nutrición y de sus propios cambios moleculares. Como la cilia, sus movimientos se dirigen á un fin especial (á llevar al cuerpo la san gre) ; pero, contrariamente á la cilia, su objeto es emi nentemente complejo, y se adapta á los incesantes cambios del cuerpo de que forma parte. En la última de sus conferencias describió el doctor Foster la acción de las linfas que tienen su centro estimulante en la médula espinal , aunque independiente de ella, y esplicó los fenómenos de tas arterias sujetos á continuo in flujo de la médula espinal. En Francia, M. Marié-Davy, acaba de abrir una cátedra de meteorología en el nuevo anfiteatro de la calle de Gerson , siendo el segundo curso que esplica sobre esta ciencia. Espuso, en resumen, que aun no conocemos bien la atmósfera, y que es preciso proce der á su estudio , aprovechándose de todos los recur sos de la ciencia moderna y del concurso de todos los hombres de buena voluntad. Dicho estudio, seguido con método , debe comprender : los gases asimilables )or las plantas y que les son proporcionados por las í;luvias y rocíos=las materias sólidas de origen mine ral recogidas en la tierra ó en el mar por los vientos y depositadas en otros parages, y los corpúsculos de origen orgánico, organizados y vivientes, que vienen á perturbar la acción de los organismos superiores en los que se implantan como parásitos. =•

INCENDIO DE LA ADUANA

horas de haber estallado ; pero no sin dejar reducidos á cenizas dos grandes y magníficos depósitos de varie dad de artículos de valores considerables. El grabado que ofrecemos da una idea exacta de esta deplorable ocurrencia anunciada en el ultimo correo, puesto que los apuntes fueron tomados por el dibujan te, mientras las llamas destruían parte de la Aduana de esta importante ciudad del Brasil.

ESTABLECIMIENTO DE PISCICULTURA EN HUNINGUE. En este número verán nuestras lectores otra vista de este útilísimo establecimiento, que sirve al público gra tuitamente , proporcionando á todo el que los pide en tiempo oportuno, huevos para la cria de peces, per fectamente empaquetados en cajas y sin otro requisito que pagar el porte. Las especies que se piden, por lo general, son, tru chas comunes y salmonadas ; la gran trucha de los la gos, el salmón del Rhin, el salmón heuch y otros. Desde 1832 á 1860, casi todos los departamentos de Francia, la Algeria inclusa, fueron'tributarios de este establecimiento. En Alemania, Suiza é Inglaterra se han formado sociedades para la incubación y cria de los preciosos pescados de la familia de los salmónides. La parte del que nuestro grabado representa, ofrece de continuo un estraño ruido que produce el agua ca yendo por muchas llaves en los receptáculos de ali mentación , cuyo fondo contiene numerosas familias del reino de Neptuno para contentamiento y satisfacción de la escuela gastronómica fomentada , ó mejor dicho, presentida por el famoso Brillat-Savarin.

SEPULCRO DE DOÑA CONSTANZA V ESTATUA DEL REY DOS PEDRO. Estos monumentos notables se encuentran , como ya digimos en nuestro número anterior, en la iglesia de Santo Domingo, de cuyo monasterio fue gran pro tector don Pedro , y priora doña Constanza de Castilla. A ésta fue debida la traslación del cadáver del rey su abuelo, y la erección de la estátua que lo representa, bullo de mármol muy al natural, como trascriben al hablar de él, Quintana y otros historiadores de Madrid. Doña Constanza falleció en 1478, y fue enterrada en su querido monasterio, floreciente mientras estuvo bajo su dirección; pero cuya regla comenzó á relajarse des de que faltó tan digna superiora.

LA GLORIA. Errante por el mundo fui gritando : ¿La gloria dónde está? y una voz misteriosa contestóme, mas allá... mas allá...

En pos de ella seguí por el camino que la voz me marcó, hallóla al lin, pero en aquel instante en humo se trocó.

DE RIO-JANEIRO. Un deplorable acontecimiento ha tenido lugar en la ciudad de Rio-Janeiro, á consecuencia del cual, las pérdidas sufridas por el comercio, se elevan á la consi derable suma de 16.000,000 de reales. Sin que se sepa la causa, y cuando se hallaban los negociantes reuni dos junto á los almacenes y depósitos de la Aduana para dar principio como de ordinario á sus transacio nes, se advirtió que salía gran cantidad de humo de una de sus dependencias. Muy luego fue observado este accidente por las tripulaciones de los buques surtos en la rada, que se apresuraron á requerir y eaviar sus bombas al lugar de la catástrofe que se preveía, y en efecto, el fuego se habría dominado com pletamente á los pocos minutos, gracias á tan podero sos y oportunos auxilios, si la fatalidad no hubiese dis puesto que en aquel entónces se hallase ausente el guarda-almacén; circunstancia que hizo necesarios el empleo de tiempo y de grandes esfuerzos para que brantar y abrir las enormes y pesadas puertas que im pedían sofocar el fuego, que"en el interior tomaba in cremento en la multitud de materias inflamables allí hacinadds. Con todo eso se logró penetrar en los alma cenes, y con el concurso de innumerables personas de la población y destacamentos de los buques de guerra, quedó el fuego completamente dominado á las cuatro

Mas el humo , formando denso velo, se empezó á remontar : y penetrando en la azulada esfera al cielo fue á parar! José F. Sanmartín y Acuirre.

RESTAURACIONES.

los pensamientos? Querer, por ejemplo, que la mujer sola se muestre tal cual es, en un mundo donde todo es artificioso, paréceme necedad propia de entendi mientos ramplones, prosaicos y anti-artisticos. Sí el beso de la mujer ha de oler á hocico, según Quevedo; ¿porqué no ha de saber el trato á rusticidad, oler la ropa á trasudada, y el alimento á ajos y á cebollas con otros semejantes olores y perfumes que se pasan de puro naturales? La verdad es, que á la mujer como ser débil van todas las pedradas y de sólo ella se dice que disfraza la obra de Dios , como si el trabajo humano fuese dirigido á otra cosa. Comenzando por el traje, ¿no es un verdadero y por demás ridículo disfraz que oculta la belleza de las formas? ¿No disfraza la ciencia coquinaria la aspereza y grosería de la carne que come el salvaje cruda? ¿Quién reconoce el vellón de la oveja, la cápsula del algodonero, el capullo del gusano y las fibras del lino en las preciosas telas de los grandes ba zares de la industria? Do quier la vista tendamos ¿no. es todo disfraz con que se perfecciona y embellece á la naturaleza? Vaya cualquiera á decir la verdad desnuda y ,á expresar sus sentimientos au naturel y no habrá trato humano posible. La mujer bien pintada , si es. hermosa, es como miel sobre hojuelas; y si fea, débe sele agradecer al ménos su deseo de agradar, de rec tificar los estravíos de la naturaleza y de contribuir á la armonía de la existencia, puesto que lo feo, por na tural que sea, no deja de ser una disonancia, con per dón de los moralistas. Ahora, si se pintan mal, no me opondré, no digo á que las censuren pero á que lasmanden á galeras'. Pues no digo nada de lo que se escandalizan del si glo presente y de las pinturas de sus mujeres , como si este arte ó costumbre fuese cosa nueva cuando es taa antigua como universal, así en los pueblos salvajes, como en los civilizados , con la diferencia de que en aquellos semejan á los demonios y en estos á los ánge les. Para mí tengo, que aunque se siguiesen los con sejos de algunos reformadores político-sociales, que en su afán de reformar consideran factible quitar á la hermosura el carácter de privilegio y extenderla á todo el linaje humano, habría siempre en la mujer ten dencia á realzar las dotes naturales por medio del ar tificio, y á perpetuarlas cuando el tiempo empieza á hacer su oficio. Generalmente se observa que las más hermosas fueron las más aficionadas á pintarse, co menzando por la señora Helena que tenia un agua de virtud rarísima con la cual conservaba la frescura y suavidad de sus carnes. Esto es lógico. ¿Quién no pro cura conservar y si es posible aumentar el tesoro que posee? ¿Quién no le vé desaparecer con pena y no ra cha á brazo partido con el ladrón que viene á arreba társelo? ¿Por ventura es la mujer algún violin de Strarivari, que dá mejores notas mientras más vieja? Se necesita todo el estoicismo de Epícteto para ver impa sible aparecer una cana en los aladares sin acudir lue go á la tintura bienhechora que miente primaveras, ó el Campo Eliseo de la frente surcado por arrugas im portunas sin recurrir incontinenti á las aguas regene radoras de la Fuente Jouvence, con que brindan tantos alquimistas prodigiosos, haciendo creer al bello sexo que, vejez, no es más que una figura retórica, y, feal dad, un pecado de la pereza. Confesamos que la tentación es poderosa, cuando se rinde hasta el mismo sexo feo. Y á la verdad, que una cosa parezca mejor de lo que és, no lo tengo por de lito. ¿Quién pierde en este engaño á que estamos tan acostumbrados? Mentira es, como decia Argensola, ese cielo azul que todos vemos; mentira el drama que en el teatro hace crispar los nervios, y la comedia que ha ce echar los entresijos ; mentiroso el color cambiante de las ondas del Océano; mentira esa púrpura que em bellece á distancia edificios carcormidos, blanquecinas nubes y ásperas montañas. Y si esto hace la naturaleza-, ¿porqué censurar al arte que la imita? El orbe no es como Hamlet, que detesta las apariencias, y el que quiera detestarlas acabará en Leganés, porque el mun do es el reinado de las ilusiones. No me vengan con el refrán de que la belleza sin adornos hace mejor. Esto será bueno para artistas que estudian el natural , ó al gún polisson como Voltaire. Contra ese corte tiene otro la filosofía vulgar española, que dice: La mujer compuesta auita al marido de otra puerta. ¿Quién señala el límite á esta composición? Puede extenderse desde la más sencilla policía personal, hasta la más complicada toilette. Pero aun concediendo que la be lleza fuese en paños menores , que eso quisieran mas de cuatro, la máxima ó refrán no reza con las mujeres, que, sin ser prodigios, lindan con los confines de la hermosura, ó se acercan á los límites de la fealdad. Un palo vestido no parece palo, dice Cervantes: ¿pues qué no parecerá, bien adelinada , una mujer medianamen te hermosa? (Se continuará.) Zaid.

No soy de esos moralistas atrabiliarios que truenan contra las mudas, vinagrillos, pastas é invenciones. Lo malo que encuentro en esto de pintarse las mujeres, es que no se pinten con el arte y perfección de esa Canidia moderna, cuyo taller de restauración, en el cen tro aristocrático de Lóndres, ha extendido su fama por todos los ámbitos del mundo. Si todo se adoba, pule y perfecciona, procurando aventajar en lo posible sil apariencia, no hay razón para que en el trato humano salga de esta regla la mujer. Todos nos pintamos más ó ménos; si no física, moralmente, lo cual es mucho peor. Sin hablar de la hipocresía que es como la mano Sogun cálculos y estadísticas recientes, el áre.i do del gato que tapa la fealdad del vicio con colores de Lóndres es de 122 millas cuadradas, ó lo que es lo virtud, ¿qué es la cortesía, sino la toilette del trato mismo, igual á una plaza de 18 kilómetros cada lado. social? ¿Qué la elocuencia, sino el arle de pintar bien ' La población vive en Í00,778 casas, y se eleva hoy á