otras muchas en el Primado civil de los italianos, por Vicente Gioberli. de familia que existe en aquella ciudad.
La índole de este periódico me obliga á poner término á mi breve articulo; por lo demás, no tengo ni interés, ni voluntad de engolfarme en discusiones aceñas á mi propósito actual. Digo, pues, que Sicilia, madre de ilustres sabios, cuenta en su número á don Vicente Mortillaro, marqués de Villarena, y que el ejemplar de su precioso libro,que me ha entregado el señor conde de San Martino, primo del autor, jóven diplomático, muy aficionado á las letras, y mi estimado amigo, honra hoy la Biblioteca del Ateneo de Madrid, cuerpo científico y literario, concurrido por hombres muy aventajados en todos los varios ramos de los conocimientos humanos, que de este modo podrán consultarlo y apreciarlo.
ESTUDIOS BIOGRAFICOS.
En el breve intérvalo de algunos meses, han desaparecido de la escena de la vida dos de los personages mas importantes de nuestra patria, sobre cuyos destinos influyeron poderosamente, asi por sus hechos y su posición en la milicia, como por su conducta como hombres de Estado; se comprende que nos referimos a los difuntos duques de Tetuan y de Valencia. Con motivo del fallecimiento del primero, ya El Museo publicó su retrato acompañado de las ligeras noticias biográficas propias de la índole de nuestro periódico; hoy, con motivo análogo, publica el retrato del segundo, sin entrar en consideraciones que no son de este lugar y que la historia serena é imparcial reivindica para sí cuando llega el tiempo de juzgar á los que, en cualquier concepto, dejan una huella visible de su tránsito por la tierra. Nació don Ramón Maria Narvaez en 5 de agosto de 1800, en Loja, de una noble y antigua familia de Andalucía. A los 15 años de edad, ingresó en la Academia de caballeros cadetes de guardias walonas, donde se distinguió notablemente entre sus condiscípulos, por lo cual fue nombrado sub-brigadíer. Oficial era en 7 de julio de 1822, dia en que se sublevaron los guardias reales, con intento de restablecer el régimen absoluto. Narvaez combatió á los insurrectos, y su conducta en aquella ocasión hizo que fuese condecorado con la cruz que lleva el nombre del dia mencionado.
Ayudante, algún tiempo después, del general Mina, peleó en Cataluña contra los rebeldes, cuyas fuerzas se conocían con el nombre de «Ejército de la Fe,» siendo recompensado por la parte que tomó en el asalto de Castellflorit, con la cruz militar de San Fernando. Resistió, á las órdenes de Mina, al cuerpo del ejército del general Moncey, durante la intervención francesa de 1823, en cuya campaña cayó herido y fue hecho prisionero y conducido a Francia.
A la muerte de Fernando VIl, era capitán de cazadores (1834) en el regimiento de la Princesa, y empeñada la guerra civil figuró en muchos hechos de armas, contribuyendo especialmente, entre otros que no mencionamos, á la toma de Mendigorria, habiendo ya recibido en el ataque de las líneas de Arlaban una herida grave en la cabeza.
Ascendido á brigadier, fue destinado á las órdenes de Espartero, y posteriormente se le encargó la persecución de Gómez, campana que terminó con la victoria de Majaceite, á la cual debió en parte, sin duda, que la ciudad de Sevilla le eligiese diputado á Córtes (1837).
Confiósele mas adelante la organización de la reserva, y dirigió la campaña de la Mancha, pacificada la cual, se le dió, siendo general á la sazón, el mando de un ejército de reserva de 40,000 hombres, y el nombramiento de capitán general de Castilla la Vieja, de cuyo cargo hizo dimisión.
Tomó parte Narvaez en el pronunciamiento de Sevilla (noviembre de 1838) contra la regencia de Espartero, y cuando los ocurridos en el mismo año, volvió de Francia , donde se habia refugiado, y poniéndose al frente de una división, sorprendió á las que mandaban los generales Seoane y Zurbano en Torrejon de Ardoz, en trando en Madrid en 15 de julio de 1843.
Entonces fue ascendido á teniente general, primero, y después á capitán genera], siendo además nombrado presidente del Consejo de Ministros.
En 1845, fue elevado á Grande de España de primera clase, con el título de duque de Valencia. Durante su larga vida política, nadie le disputó la jefatura del partido moderado, ocupando siete veces la presidencia del Consejo de Ministros, en cuyo puesto le sorprendió la muerte en la mañana del 23 del corriente.
La traslación de su cadáver se verificó con inusitada pompa el domingo 26, desde la iglesia parroquial de San José á la basílica de Atocha, de donde el lunes fue conducido á Loja para depositarlo en el panteón
