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de aprestos belicosos que en Francia no cesan. Muchas de sús plazas fuertes, como Lille, Strasburgo, Metí, Thionville, Belleforte y otros puntos fronterizos del Norte y del Este, se están poniendo bajo un formidable pie de guerra.

El gobierno de Florencia tampoco se descuida : en los arsenales y en los establecimientos militares del reino de Italia, se trabaja día y noche preparando el material y armamento de toda la escuadra de guerra; y si es cierto, como lo anuncian algunos despachos telegráficos, que la revolución fermenta en Nápoles y en el Piamonte, dificil será evitar el conflicto que ya se temía antes de la Esposicion universal de París, y que los políticos aplazaron después, marcando un plazo que es posible no sea tan largo como su experiencia y su perspicacia se figuraron.

Calculase que pronto contará el ejército pontificio de 25 á 30,000 hombres, y que el número de los soldados franceses concentrados hoy alrededor de Civita Vecchia, formando tres campamentos, asciende á unos 12,000. La madeja, como se ve, cada dia se va enredando mas; con que si al fin se realiza la alianza que dice el Movimento está á punto de firmarse entre Italia y Prusia, y cuyo precio será la anexión á la primera de estas dos potencias, del puerto de Trieste y de una parte de la costa del Mediterráneo, ayúdennos ustedes á sentir.

El Austria esperimenta una visible trasformacion en sentido liberal. Diez meses han bastado, dice un periódico de los que en aquel imperio se publican, para establecer allí el derecho de votar los impuestos y el contingente militar, la responsabilidad ministerial y todos los derechos políticos propios de un pueblo libre.

El depósito de pólvora de Tavershuin (Inglaterra) en el condado de Kent, ha volado, sin que hasta ahora se haya podido averiguar la causa: hay quien atribuye el hecho á los fenianos. También se han descubierto paquetes con materias esplosibles, en cartas dirigidas á Dublin al coronel Lake, comisario de policía, á Mr. Dillon y á otro miembro del gobierno de Irlanda. Estos y otros síntomas revelan que el estado de Inglaterra es grave.

En lo sucesivo ningún periódico político que se imprima fuera de Rusia, podrá entrar en Polonia; esta medida es mas cruel que eficaz contra la pobre mártir, pues las ideas no penetran en los pueblos solamente vaciadas en papel, sino que en nuestra época van hasta en el aire que se respira.

El proyecto de acusar al presidente de los Estados Unidos, ha sido desechado en el Congreso, por 108 votos contra 53; de los 108, 96 eran de republicanos, esto es, pertenecientes al partido que mas guerra hacia á Johnson.

El nuevo teatro de la Opera que se construye en Lóndres, se destinará esclusivamente á Ja música francesa. Hay que confesar que los ingleses son la¡> criaturas mas escéntricas del orbe.

En el vecino reino de Portugal trata el gobierno de organizar Esposiciones de vinos. La industria y el comercio ganarán, sobre esto no hay duda, y se mantendrán firmes; no puede responderse lo mismo de algunos aficionados, los cuales de seguro perderán el equilibrio y darán solemnes tumbos.

Don Angel Lasso de la Vega ha sido premiado por la Academia de Buenas Letras de Sevilla, como autor del Estudio sobre la historia y juicio crítico de la escuela práctica sevillana en los siglos XVI y XVII.

El rector y los decanos de la Universidad de Salamanca, invitarán, según nuestras noticias, á varios de los mas distinguidos literatos para que hagan composiciones alusivas á la elevación de una estátua á Fray Luis de León, con las cuales formarán un libro. La estátua ha sido construida en Homa, y se vaciará en bronce en Marsella.

Todavía atruena los oídos del vecindario de Madrid, el estrépito con que se celebra el Nacimiento de Jesucristo. Un mes antes del aniversario de suceso tan glorioso, los chicos y otros que han dejado de serlo seis ú ocho lustros há (como diría un clásico), inauguran sus conciertos al aire libre, conciertos que en nada se parecen á los que da la sociedad de Cuartetos del Conservatorio, y que terminan cuando el cansancio agota las fuerzas de los que toman parle ea la fiesta.

Los teatros se han visto concurridísimos, poniendo en escena producciones, en general, de circunstancias, y cuya vida, por lo mismo, acabará cuando éstas pasen. Por lo demás, todas ellas han llenado su objeto; entretener algunos ratos al público, que nunca es exigente en ocasiones como ésta.

En Jovellanos Los Caballeros de la Tortuga, zarzuela de Blasco; en el Circo Los Novios de Teruel, también de Blasco, y El figle enamorado, de Ramos Carríon; en los Bufos, Los Infiernos de Madrid, de Larra; en Novedades La Virgen de la Valoma, drama, y en el Príncipe el juguete cómico Naufragar en tierra firme, han hecho fortuna y recibido aplausos. En este último teatro el drama en un acto de Antonio Hurtado, La voz del corazón, que á una forma encantadora y á una dicción elegante, un : la delicadeza de sentimiento que se admira en todas las obras de su autor, este drama, decimos, ha alcanzado un éxito tan merecido como lisonjero.

Por la revista y la parte no firmada de este número,

Ventura Ruiz Aguilera.


MONUMENTOS ARTISTICOS.

LA CATEDRAL DE SANTIAGO.

Loco debe de estar seguramente el que pretenda poner mano y desarraigar del espíritu de los pueblos una tradición religiosa, cualquiera que ella sea, aun cuando parezca tan absurda é increíble que haga asomar la risa á los labios del hombre ageno de preocupaciones, ya se llame razonador, ya pertenezca á la raza de.los espíritus fuertes, para quienes, fuera de lo que se ve, nada existe. Y mas loco todavía sí la tradición es autorizada por el testimonio, aunque en cierto modo interesado, no por eso menos poderoso, de varones insignes que merecieron la santificación; por indudables prodigios, y, lo que vale mas aun, por la sucesión de las generaciones que han ido depositando en el monumento de la tradición misma las ofrendas de su inquebrantable amor, y dejando en multitud de signos esteriores, que no se borran, los misteriosos latidos de un sentimiento profundo, vivísimo, no contaminado por la hipocresía de In falsa religión, inspirado á las almas por la primera de las virtudes, por la mas callada, como que es la menos esterna y que no se puede falsificar; por la fé. Las creencias son la vida de un pueblo, y sólo cuando se abusa de ellas en beneficio de intereses mundanos, sólo cuando se las convierte en arma vedada para conseguir un objeto impío, ó no piadoso al menos, conviene hacer la luz, y negar, si preciso fuese, la aparente realidad de los hechos falsos, ó reducir á su verdadera importancia y valor los incontestables. No es, por consiguiente, nada estraño que las historias eclesiásticas y políticas de nuestra patria hayan tratado de sostener, mas con el auxilio del sentimiento que con las armas de la razón, mas con la fuerza de la convicción que con la autenticidad de los monumentos, en ocasiones tan engañosos quizá como las pruebas inmateriales, la venida del apóstol Santiago á España, la traslación de su cuerpo á Galicia, la ignorancia en que se estuvo durante muchos años del lugar de su sepulcro, y su maravillosa invención en los tiempos del rey don Alonso el Casto y del papa León, tercero de su nombre. Y si los estranjeros y algunos nacionales ponen todavía y seguirán poniendo á tales sucesos dudas y objecciones, locos deben de estar, y mas locos todavía cuando, no yéndoles en ello otro interés que el de dañar á la Iglesia Católica, pretenden oscurecerla luz mas brillante de cuantas alumbran el altar de las conciencias cristianas. Déjese en paz la capilla subterránea en donde yacen el Apóstol y sus dos,discípulos San Atanasio y San Teodoro, en medio de la gran basílica compostelana; respétese la decisión del obispo Gelmirez que cerró para siempre la entrada al santo sepulcro, que si allí no está Santiago, allí debe de estar, allí quiere la fé que esté depositado el venerando cuerpo del Cebedeo, y esto es bastante. Fuera de que hay testimonios, no satisfactoriamente recusados, sí con hartas pruebas de legitimidad para lo que exige lo remoto del hecho, acerca de la venida á España del amigo de Jesucristo y predicador de su doctrina; fuera también de la creencia, sobradamente verosímil, de que, martirizado Santiago en Palestina, trajeron á Galicia el cuerpo sus discípulos, y fuera, por último, de que aquello que no se contradice con demostraciones indubitables está á dos pasos de la prueba plena, son tan precisas, llevan tal sello de verdad las relaciones que, de la invención del sepulcro del Apóstol, nos quedan, que, aparte lo impío, seria cruel dudar un punto de ellas.

Resumiendo lo que sobre aquel importantísimo suceso dicen el Cromanriense, el de Sampiro, la Historia Compostelana y el privilegio de donación de la catedral de Santiago, escribe Mariana, quien, acá o por lo de ser jesuíta, no peca de crédulo en esta ocasión: «Fue aquel sagrado tesoro hallado por diligencia de Theodomiro, sucesor de Híndulfo, y por voluntad de Dios, de esta manera. Personas de grande autoridad y crédito afirmaban que en un bosque cercano (á Iria Flavia, hoy Padrón), se veian y resplandecían muchas veces lumbreras entre las tinieblas de la noche. Recelábase el santo prelado no fuesen trampantojos; mas con deseo de averiguar la verdad, fué allá en persona, y con sus mismos ojos vid que todo aquel lugar resplandecía con lumbres que se veian por todas partes. Hace desmontar el bosque, y cavando en un montón de tierra, hallaron debajo una casta de mármol, y dentro el sagrado sepulcro. Las razones con que se persuadieron ser aquel sepulcro y aquel cuerpo el del sagrado Apóstol, no se refieren; pero no hay duda sino que cosa tan grande no se recibió sin pruebas bastantes. Buscaron los papeles que quedaron de la antigüedad, memorias, letreros, y rastros, y aun hasta hoy se conservan muchos y notables. Aquí, dicen, oró el Apóstol, allí dijo missa, acullá se escondió de los que para darle la muerte le buscaban. Los ángeles, que á cada paso, dicen, se aparecian, dieron testimonio de Ja verdad, como testigos abonados y sin tacha.»

Fíjase la época de este descubrimiento á 25 de julio de 813; y noticioso del mismo el Casto Alonso, segundo de su apellido, que por entonces estaba en Oviedo, acudió á Iría Flavia, adoró las reliquias del Santo y comenzó la fábrica de una iglesia pobre, creisa de pedra con tapeas de terra, que, andando ei tiempo, había de ser la suntuosísima basílica de Santiago, metropolitana de Galicia y gran parte de Castilla; la Kaaba de los cristianos, como la llamaron los árabes; la Jerusalen de Occidente, según la apellidaban todos los católicos de Europa en la Edad Media; el punto á donde, con mas frecuencia y en mayor número que á la Tierra Santa, habían de concurrir peregrinos de todas las naciones, de todas las clases sociales, de todas las condiciones y de todos los estados: desde San Guillermo, que llegó de Francia descalzo á Compostela, hasta un arzobispo de Viena, que fué después el papa Calisto II; desde Carlo-Magno hasta Breno, rey de Jerusalen; desde un rey de Inglaterra y un duque de Poitiers hasta Nicolás Flamel, célebre sabio francés del siglo XV, tenido por mago y alquimista entre sus contemporáneos.

La historia de la iglesia comenzada á construir sobre el sepulcro del Apóstol, no poco accidentada y varía basta los siglos XIII y XIV, es la historia de la ciudad que se formó alrededor do aquella, y que en un principio tuvo por nombre el de Lugar Santo, luego el de Compostela (de Campus Apostoli ó Campus stellae), y por último, el que hoy conserva de Santiago. La primera donación, origen de las riquezas y magnificencia de la futura catedral, fue del mismo que echó sus cimientos, de don Alonso II, y consistió en el terreno que comprendían tres millas de circunferencia desde el lugar que ocupaba el santuario, ven una cruz de oro, fabricada á imágen de la maravillosa de los Angeles que poco antes habían construido celestiales artífices, para la catedral de Oviedo. Por mediación de Carlo-Magno, obtuvo Alonso el Casto del papa León III la traslación de la silla episcopal de Iría Flavia á la nueva iglesia de Compostela, si bien conservándole todavía la denominación de sede iriense: hay quien supone que se mandó entonces destruir la ciudad de Iría para que permaneciesen en Compostela, ó el Lugar Santo, como se le llamó hasta el siglo X, no sólo la autoridad, sino el brillo de la iglesia iriense; este suceso es inexacto.

El templo de pedra é tapeas de terra existió hasta 863, en que Alonso III le derribó para levantar en su sitio otro mas grandioso, que se dió por terminado en 871, según resulta de los documentos en que constan las nuevas donaciones hechas al sepulcro de. Santiago; entre otras, la de seis en vez de las tres millas del terreno que circundaba á la iglesia. El mismo Alonso envió a Roma dos presbíteros que solicitasen del pontífice Juan VIII permiso para solemnizar la consagración del nuevo templo con un concilio, que, en efecto, se verificó en 7 de mayo de 876, y al que concurrieron catorce obispos. Entonces, dicen algunos historiadores, fue cuando se fabricó para la iglesia de Santiago la copia de la cruz dedos Angeles que se veneraba y se venera todavía en Oviedo; pero es mas verosímil que semejante donación pertenezca al segundo Alonso, por haber sido el favorecido con la aparición de la milagrosa cruz original. También entonces se consagraron al Salvador el altar mayor de la iglesia, y otros tres inmediatos á San Pedro, San Pablo y San Juan Evangelista.

Las primeras desdichas que esperimentó el templo erigido sobre la sepultura del Apóstol, debiéronse a los normandos, que, en sus repelidas correrías por las costas y aun por el interior de los pueblos de Galicia, llegaron, en mas de una ocasión, hasta la catedral