liciten a Esterhazy, conociendo las abominables cartas que ha escrito; afirmo que nuestro valeroso ejército es insultado cada día por los bandidos que; pretextando defenderlo, le manchan con su baja complicidad, arrastrando por el lodo todo lo que hay aún en Francia de generoso y grande; afirmo que son ellos los que deshonran al ejército nacional cuando mezclan el grito de ¡viva el ejército! al de ja muerte los judíos! También han gritado ¡viva Esterhazy! ¡¡Gran Dios!! El pueblo de San Luis, de Bayardo, de Condé y de Hoche; el pueblo que cuenta cien victorias gigantes, el pueb'o de las conquistas de la República y del Imperio, el pueblo cuya fuerza, cuyas franquicias y cuya generosidad asombraron al Universo, hoy grita iviva Esterhazy! Es una vergüenza de que sólo puede redimirnos un gigantesco esfiierzo de verdad y de justicia.
Conoceis la leyenda que se ha formado: Dreyfus ha sido condenado justamente y legalmente por siete oficiales infalibles, a quienes no se puede suponer víctimas de un error, sin ultrajar al ejército entero. Dreyfus expía en una tortura vengadora su abominable traición; y como judío se crea un sindicato de judíos, un sindicato internacional, que dispone .
de centenares de millones, con objeto dé salvar