en Suecia trata de hacer exploraciones por el campo del intelectualismo, sentirá al punto la impresión de un enorme aislamiento. La lejanía geográfica en que se halla del resto de Europa la Península escandinava y sobre todo Suecia por la necesidad de atravesar el mar dos veces antes de pisar su territorio, se hace más sensible todavía cuando se entablan relaciones con el elemento intelectual.
Lo mismo que las modas francesas tardan mucho tiempo en penetrar en la acomodada y robusta burguesía, las modas literarias y filosóficas, pues también hay modas en literatura y en filosofía, si logran hacerse camino en aquellos cerebros del Norte, es con una lentitud extrema. Acentúase la resistencia á la invasión de lo extraño en lo relativo á los productos del genio francés. Ya el noruego Bjorkson hubo de tratar en cierta ocasión famosa con exagerada acritud la obra intelectual de la Francia moderna; y prueba de que este encono del famoso dramaturgo es más reflejo de un