el orden literario y artístico contraen el carácter de epidemia, porque nada hay tan contagioso como la tentación de pasar por original á poca costa con que brinda la copia servil de literaturas extrañas, para los espíritus de imaginación fácil, orgullo inmenso y voluntad flaca que desgraciadamente abundan en los países del Mediodía.
Buscan esos innovadores, que forman por desgracia legión considerable, un preservativo contra las desdichas nacionales en la admiración ciega y en la sumisión absoluta á extranjeras extravagancias, leen con avidez cuanto producen los ingenios más ó menos sólidos y equilibrados de otros países, adoptan como Buena Nueva cuanto les causa extrañeza y, como es labor más fácil glosar ó amplificar con cierta brillantez lo que otros pensaron ó sintieron, que abismarse en la contemplación del Universo visible y reflejar su hermosura á través del propio temperamnento, aceptan como artículo de fe los