bisabuelos los Reyes Católicos y, haciéndolo suyo, lo lleva hasta sus últimas consecuencias. Cree que la unidad de la fe es la base de la unidad del territorio, que la unidad del territorio es el fundamento de la unidad política y que la unidad política es el secreto de la fuerza de su patria; y, consecuente con esta creencia, acosa por doquiera á la Herejía, extermínala hasta en los rincones más oscuros de sus Reinos y arremete pujante contra ella en los campos de batalla.
Pocos años después viene Richelieu á confirmar tan execrada conducta y no consigue el engrandecimiento de Francia sino después de haber arrojado á la Reforma más allá de las fronteras. El celo religioso de Richelieu no es seguramente igual al celo religioso del hijo de Carlos V. Este obedece ante todo á los supremos dictados de la conciencia y aquél á las ineludibles conveniencias de la política; pero, aunque diversos los móviles que inspiran el proceder de ambos gobernantes, no