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ESPLORACION.

jislador hebreo que él solo alcanzó a distinguirla i nosotros gozamos de ella mas tarde.

Desde esa cima pudimos distinguir una jigantesca i líquida esmeralda incrustada por la naturaleza i los tiempos en el seno de altas e inmensas montañas; desde esa cima contemplábamos también a nuestra derecha la soberana e imponente masa del "Meson Alto" que en sus escarpadas i afiladas rocas alimenta nieves eternas que ni el sol ni nada destruyen i que es como un centinela avanzado de la magnífica, esplendente cordillera de los Andes.

La ruta que debiamos atravesar para llegar al término de nuestra peregrinacion no era una ruta, un sendero: era una quebrada, una zanja con paredes formadas por enormes rocas sieníticas, del mismo tipo que las que se ve en la mayor parte de los cerros de Valparaiso, pero estratificadas, maltratadas por alguna violenta convulsion.

Descansamos algunos minutos para recobrarnos: en la subida mas de uno habia sentido las consecuencias de la altura que subiamos. Por otra parte, aunque hubiéramos querido seguir adelante, las fatigadas cabalgaduras no nos lo hubieran permitido.

Emprendimos en seguida la marcha i despues de una media hora parábamos en la primera carpa del campamento, a la una cuarenta i cinco minutos de la tarde.

Desde San Gabriel hasta la laguna habiamos gastado en el viaje seis horas quince minutos.

A nuestro arribo ya habia llegado la comitiva que habia tomado por el Encañado.