Página:Esploracion del seno de Reloncaví.djvu/78

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causó tal cargador nos hizo entrar en algunas averiguaciones, resultando que era comun el que las mujeres acarreasen su carga diaria, pero que nadie habia mas rápida en su marcha que la joven aludida, i que no habia hombre alguno que pudiese andar a la par con ella.

Es condicion bien triste la de algunas mujeres en aquellas rejiones. Ellas, aparte de las mil gabelas que le son privativas, acarrean la madera que labra su padre o hermanos en la cordillera, i hasta derriban palos i asierran con la misma soltura que los hombres.

La joven huaruna, mujer de hercúleas formas i de agradable fisonomía, llamaba la atencion de todos provocando a la vez respeto i consideiaciones de todo jénero. Era, en fin, una de las cariátides del banco Pucari, de que ya hemos hablado, que trasladándose a las cordilleras, trasportaba el durmiente en incultas rejiones para que sirviera de cama a uno de los elementos mas poderosos de la civilizacion moderna.

El astillero del Cajon dista poco mas de una legua de la marina por difícil senda, i en el dia que nosotros llegamos al caleton, no habia menos de cien almas ocupadas del corte de durmientes de alerce, con siete lanchas para el trasporte de ellos a Puerto-Montt, puerto por donde se esportan para el estranjero. La tabla de vitola se trabaja tambien, pero en corta cantidad.

El caserio del puerto lo formaban siete casitas que llaman cuarteles, techadas con paja i con paredes de durmientes. El ajuar de ellas consistía en el fogon, dos baúles, algunos útiles de cocina, i finalmente, las cujas eran tambien de durmientes labrados, sobre las cuales se veian modestas camas arrolladas; tal era el menaje de cada una de las casitas. El cielo de éstas se encontraba cubierto de chiguas de papas; sacas de cuero llenas de arina tostada, marisco seco i carne ahumada, formaban sus provisiones o el bastimento.

Con motivo de ser dia sábado, la mayor parte de los trabajadores bajaron temprano a fin de darse mayor tiempo de descanso, pues solo los domingos dan tregua a sus penosas tareas. No obstante lo dicho, muchos hombres bajaron con su carga a puestas de sol, lo que daba motivo a los demás para dirijirles algunas bromas i suponerlos atrazados por haber sido detenidos por