Página:Estudios de lírica contemporánea.djvu/61

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“A mi", “Menos”, “Ella”, “Mito” y En cuanto a la medida de los versos, ese parámetro “fantasma” es el heptasílabo, y sus ritmos van de la exasperacíón (poesías como “La mezcla" oscilan entre versos unisílabos y endecasílabos; otras, como “Hay que buscarlos” fluctúan entre bisíla- bos y alejandrinos) a un fugido respeto por la forma regular (ej. “Islas solo de sangre”, “Trazumos”, “Gristenia”) hasta extremos notables como la prosi■cación (ejs. “Al gravitar rotando”, “Por vocación de dado”, “Hasta morirla”, y olras de carácter ‘narrativo’). “Destino", “'I‘opatumba”, “Habría”, “Tan tan yo”, “Porque me cree su perro". posibilidades en un mismo verso, la rima y el ritmo actúan aquí como formas de concatenación intuitiva de elementos que brindan al lector la posibilidad de descubrir (o construir) condensaciones de signi■cadoen lugares renovados. En el plano fonético, son llamativos los juegos de aliteración y choques de sentido - por ej. las guturales en “Al gravitar rotando", las líquidas en “Mi lumía”, y las s_ibilantes en “Nochetótem”-. Se advierten, además reduplícaciones de sonidos y fe- nómenos de homofonía. Todo esto contribuye a representar la “física” del lenguaje, su materialidad. En el nivel morfológico, se hallan neologismos atrevidos, formados por la combi- nación de su■jos o pre■jos que, en general, se re■eren a la pluralización, minirni- zación, descenuamiento, carencia e inmersión. Por] otra parte, proliferan los nom- bres y las frases nominales constituyendo “campos semánticos” ■otantes que trans- migran de un lugar a otro porque la super■cie sobre la cual se mueven es lábil y se confonnan en tomo a lo corporal, lo biológico-funcional, lo conjuntivo, lo celular, la sexualidad, lo gnoseológico, el espacio estelar y la enfermedad. En el nivel sintáctico, por último, se produce una quiebra en las relaciones lógicas y jerarquizadas que se sustituyen por el montaje y la parataxis. Frente a esta aparente disolución, la abundante “deixis” actúa a modo de anclaje a ■n de solidi■car el discurso. Los.conectores, por otro lado, provocan nuevas relaciones entre las proposiciones que vinculan y pemiten construir nuevos tópicos. El juego es tan particular que, por momentos, se generan zonas con una sintaxis propia (como en una especie de malabarisnio lingüístico, según se percibe en poesías como “Rada anímica”). Gramaticales y no gramaticales, extemas o internas, y hasta la combinación de estas (19)