Página:Estudios de lírica contemporánea.djvu/75

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del libro adquiere una doble signi■cación y la obra puede ser a la vez el “canto de una _experiencia agotada” y la “hazaña loca de alcanzar un lugar armonioso, feliz, de paz: un país: un país, inocente”. Porque, creemos, el ténnino “prometida” funciona aquí como bisémico: implica, por una parte, la fatalidad en el trapaso de la esfera del sentimiento a la esfera intelectiva, que se produce con el transcurrir de los años; y, por otra, la esperanza en un espacio ideal, de valores no contingentes. El primer sentido se ejemplifica con los “Coros descriptivos”, el segundo con “Recitativo de Palinuro’? y “Canción”, poesía con la que se inicia el libro de poemas y clave de su interpretación. En ella al principio se describe, en forma impersonal y con la imagen de la aurora, el despertar de una nueva realidad, la ilntelectiva: “Todo se asomó luego entre transparencias] en la hora crédula, cuando, cansada! la quietud, medida de las metas/ desde frondas desenterradas se extendió...” (67). la aurora al propagarse va revelando una verdad eterna, la “primera imagen”, de sesgo idealista-platónico, que la historia aleja cada vez más; “Presa de la irnpalpable rama/de muros, etemos herederos de los/ minutos] la primera imagen nos excluye más] pero el hielo a lampos rompe y nos reconquista” (68). Más adelante, en primera persona, surge una voz que promete no abandonar su “obsesiva meta”, esa idea arquetípica que es difícil alcanzar: “Nunca alejaré de ella el ojo frjo/ aunque horrible en despojado abismo] no se conozca forma fuera de la fama” (69). La tierra prometida es entonces, a un tiempo, fatalidad dolorosa (predominio de lo mental en detrimento de los sentidos en la edad avanzada) y la esperanza que deviene, según el último ejemplo, de una elección y compromiso del hablante (valores absolutos en oposición a la relatividad). La decodi■cación del proceso simbólico es compleja. Como ya se ha demostra- do, la penetración de La Eneida es fuerte y, por lo tanto, no abundan las señales que facilitan el transito de la estructura super■cial a la profunda. La signi■mción del intertexto no decae fácilmente manteniéndose en tensión con la simbólica. El triunfo de la segunda dependerá, en todo caso, de la competencia cultural del lector y no de las marcas de impertinencia brindadas por el texto. CONCLUSIONES Según nuestra interpretación, por el carácter simbólico de los personajes, el título Todos los aspectos enumerados se unen para construir una situación intema de enunciación irreconciliable con la situación de escritura. El sujeto de este texto, a diferencia del de La alegría que tiende a la categoría “no ■ccional" (70), se presenta como una voz ■cticia. Si se consideran los tres términos, hombre, realidad, misterio, se comprueba que en La tierra prometida la realidad objetiva no se contextualiza y el misterio no aparece relacionado con la divinidad sino simplemente con lo absoluto. Pero, y esto es lo fundamental, no es que lo absoluto constituya otra dimensión que el sujeto percibe, como en La alegría: absoluto es el sujeto y precisamente por la fonna en que se presenta y que hemos tratado de caracterizar: porque su ámbito es ideal, porque no hay una imagen única y de■nith sino múltiple y, en algunos casos, imprecisa, y porque‘ sus conflictos son esenciales y, por lo tanto, de orden universal. Retomaremos ahora las tes instancias mencionadas al comienzo del trabajo.