Página:Eyherabide, Margarita. Amir y Arasi, novela..djvu/214

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

214

Margarita Eyherabide


tro tristonzuelo? ¡Y ahora que me acuerdo! ¿y la brasilerita ?

— ¡Bah! contestó Amir muy rojo ¿por qué me haces esa pregunta? — Se ha contentado con decirme (ne la deje en paz.

— ¡Bonito arreglo! exclamó Panchito indignado.

— ¡Muy bien hecho! — rectificó Amir ¿por qué sus deseos habían de correr parejas con tus espe- ranzas y las mías? Recuerda el adagio...

— ¡Vaya á pensar yo, en adagios! — ¿Donde va á encontrar ella, otro Amir?... ¡Fiése uno de esos corazoncitos!...

— No, Panchito, no —se apresuró á decir Amir. Cuídate de murmurar una palabra ofensiva. La bra- silerita no merece reconvenciones. Y aquí voy á darte un consejo por más que presumo que quizá no lo necesitas :—Siempre que veo á un hombre hacien- do trizas el honor de una mujer, me digo: ese es un miserable; cuando le veo vanagloriándose de sus conquistas, pienso: ese es un imbécil y cuando lo contemplo, haciendo suposiciones respecto á las mu-

jeres sin conocerlas, añado: — ese es un desgraciado. Panchito dió un salto. — Pues — murmuró — si parecés ni más ni

menos que un abogao de las damas... Al diablo no se le ocurra reservarme una que había de hacermu morir antes de tiempo. Por el agua de soeorro con que me mojó el mate—le dije ayer á mi padrino, que es un viejo que tiene más hijas que abejas hay en el panal, — no piense usted que yo voy á casarme

con su hija grande ó sea la más vieja, que tiene más doctoreos que un diablo bizco,