62 Margarita Eyherabide
Todo lo que es ideal, es divino; la vida no es un ideal: ** es tan sólo un átomo de la esencia divina ””.
Pensar que todo es nada, que nuestro ser entero, sólo será polvo mañana, un mísero polvo que, á la merced de la más leve brisa, irá á esparcirse entre las frondosidades de un bosque, ó entre la aridez de una campiña inculta ó bien perdurará años y años en el fondo de una urna olvidada...
Amir — dijo doña Jova á su hijo con voz doliente, —oesta mañana te he visto seguir paso á paso el arado, mientras Panchito siempre cuidadoso, iba abriendo los sureos en la tierra... Doña Jova se pasó la mano por la frente y añadió:
Un maestro particular, no me es ya posible sos- tener; hijo, es preciso que vayas al colegio. Ya sabes que tu pobre padre te recomendó siempre el estudio, así, pues, justo será que no desatiendas el más insistente de sus deseos.
-- Está bien, mamá, dijo Amir — iré al colegio. No pronunció una sola palabra más y lanzó hondo suspiro. Doña Jova se levantó y retiróse. El joven se aproximó entonces á la reja de enredaderas, cogió un verde gajo de madreselva y comenzó á deshojar las florecillas. Volvióse de pronto, cogió una silla, acercóla á un armario de pino, trepóse luego, á ella, sin preámbulos y comenzó á extraer del último es- tante una doble hilera de libros escondidos allí, quien sabe por qué arte ó travesura y quien sabe desde que tiempo.
Cada libro tenía su correspondiente faja que Amir rompió sin miramientos; luego extendió con facilidad una tela rayada sobre la mesa y pasó largo rato embebido en la contemplación de aquello que había de tener gran interés para el pobre