90 Margarita Eyherabide
señor Goncalves se echó á reir. ¿Qué les parece?..
— No por Dios, no por Dios. Si prosigue usted me sucederá algo malo y doña Jova mostró una hilera de blancos dientes. — Yo seré vieja. enton- ces, continuó :
— Pero. querida señora; si aún no he regulado siquiera, el tiempo...
— Tanto mejor, tanto mejor sostuvo todavía doña Jova. Si lo hubiera usted formulado, creo que habría sentido bajar de mi pecho aleo muy dulce y consolador.
— No; porque quizá acáriciara usted después de mi veredicto. mucho más que la idea nueva que quise implantar en su corazón, la caduca que le sirve de consuelo.
— Puede ser —repitió doña Jova dos veces — puede ser. ¡ Amamos tanto la esperanza y nos cuesta tanto desprendernos de la suposición que nos sugie- re muchas veces sólo quimericamente!...