câri possunt. No nos hemos olvidado de este último aviso, y hemos suprimido todas aquellas fábulas, en que podia correr algun peligro la inocencia de los niños. Se debe sentir que una edicion, por otra parte tan buena cómo la Patavina, no haya sido mas recatada en este punto. La culebra aún entre flores y hierbas las mas hermosas, tiene veneno.
Qui legitis flores, & humi nascéntia fragra, Frigidus, ó púeri! fúgíte hic, latet anguîs in berbâ. Virg. Ecl. 3. v. 393.
Seria súpérfluo el empeñarnos en probar la utilidad, que de suyo traen las buenas fábulas. Las personas fingidas que en ellas se introducen, son como unos espejos, en que se vé lo malo para huirlo, y lo bueno para abrazarlo. Etenim bœc conficta árbitror á Poëtis esse, ut effictos nostros mores ¿n aliênis persónis, expressamque imáginem nostræ vitæ quotidianæ videremus. Cicer. pro Sex. Rosc. Amer. 16. Este dictámem de Cicerón lo ha sido tambien siempre de todos los Sábios; y por lo que toca en particular à los niños, la experiencia misma enseña, que no hay cosa con que mas se empiezan á cebar en el estudio, que con las Fábulas.
Bien me persuado, que no faltará quien diga, que aunque es verdad que esto es asi, pero que sin andar introduciendo á Phedro,